Echen una ojeada por un momento a la gente que está haciendo la compra en el supermercado, en el mercadillo o en la hilera de tiendas de barrio que todavía sobreviven en la región. Si hay alrededor de veinte personas comprando, una de esas veinte no podrá comprar apenas carne, ya sea de pollo, y pescado. En concreto, el 5% de la población de Castilla-La Mancha admitió en 2018 que no se puede permitir comer carne o pescado cada dos días, lo que da una media de tres veces por semana. El porcentaje puede parecer pequeño a priori, pero ese porcentaje pequeño implica que hay 101.255 castellano-manchegos que tienen los gastos muy limitados en alimentación.
Este es uno de los datos que deja el último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza, correspondiente al año 2018. La conclusión global es que uno de cada tres habitantes de esta región está en riesgo de pobreza o exclusión, lo que se conoce como tasa Arope. En esas circunstancias hay 678.410 castellano-manchegos. Esta cifra suma a todos los habitantes que entran en uno estos tres indicadores: el de renta, el de empleo o el de capacidad de consumo.
¿un salario mileurista es umbral de pobreza? El indicador que afecta a más castellano-manchegos es el de pobreza, pues hay 605.269 personas cuyos ingresos no llegan a los 7.587 euros al año, que son alrededor de 632 euros al mes. Ese el umbral de la pobreza en Castilla-La Mancha (el umbral nacional es mayor, llegando a los 8.871). Hay un umbral inferior, que es el de pobreza severa, que para la región está en los 370 euros mensuales. En esa circunstancias hay 143.000 castellano-manchegos.
Este cálculo de ingresos dentro de una familia no se hace dividiendo las rentas que entran entre sus integrantes. Se calcula teniendo en cuenta que el gasto por persona es menor si vive con alguien que si vive solo. Por eso se divide entre uno si hay una persona, se le suma 0,5 si hay una segunda persona en la familia y un 0,3 por cada menor de 14 años. Un soltero mileurista no entraría en el umbral de pobreza, pero una familia con dos hijos a la que llegue un sueldo mileurista sí. Esos 12.000 euros al año se dividiría entre 2,1 y daría a 5.714 euros por cada miembro de la familia.
Otro indicador es el de baja intensidad de empleo. Hay 188.404 castellano-manchegos que no trabajan más del 20% de lo que podrían, tomando como el 100% un trabajo a tiempo completo todo el año.
El tercer indicador es el de la privación material severa. Se establecen nueve situaciones vinculadas al consumo y si alguna persona está como mínimo en cuatro de ellas, ya entraría en este indicador. En privación material severa hay 146.683 castellano-manchegos. Entre estas nueve situaciones que se plantean está la imposibilidad de comprar carne y pescado para su consumo cada dos días.
se come peor que en la crisis. El informe de la Red de Lucha Europea contra la Pobreza (la EAPN) lo destaca como un valor «especialmente negativo». Ese 5% de personas que no pueden comer carne o pescado tres veces a la semana supone una tasa un 40% más alta que la media del país. Y además no deja crecer, pues está más alta que en los años de la crisis. En 2008, por ejemplo, solo un 1,1% de la población estaba en esa situación. En 2013, en plena crisis, estaba al 3,2%. Ydurante los años de recuperación ha ido a más. En el 2016 y 2017 llegó al 4,6% y en el 2018, el último año con datos, subió hasta el 5%.
El director del informe, Juan Carlos Llano Ortiz, recalca que es más relevante la tendencia que una subida en un año por debajo del punto. Apunta que las variaciones de décimas no las tienen tan en cuenta porque pueden deberse por el tamaño de la muestra. La encuesta de condiciones de vida se hace a nivel nacional y la muestra a nivel regional puede pecar de pequeña.
Siguiendo con los planteamientos de la encuesta, un 5,5% de los castellano-manchegos no puede disponer de un automóvil, un 6,6% tampoco puede tener un ordenador y un 9,1% se ha retrasado a la hora de pagar gastos en la vivienda durante el último año. Pero el informe destaca sobre todo la subida en 3,2 puntos del porcentaje de personas que no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada. Son un 14,7% de la población: es decir 297.690 castellano-manchegos.
Hay porcentajes que rozan casi la mitad de la población. Un 38,2% no puede irse una semana de vacaciones, ni siquiera al pueblo. Y un 39,9%, es decir alrededor de 800.000 castellano-manchegos, no podrían afrontar un gasto imprevisto. La cifra ‘cuadra’ con la respuesta que da un millón de habitantes (el 50,9%) que dice tener dificultades para llegar a fin de mes.