El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) -cuyo director, Alfonso Muñoz, presentó ayer las obras de rehabilitación recientemente finalizadas en el tramo de muralla situado junto al puente de San Martín- cuenta con un plan director que abarca la totalidad del sistema de amurallamientos de Toledo, alrededor de tres kilómetros y medio. El informe, elaborado por el arquitecto Pedro Ponce de León, ya está presentado y clasifica la necesidad de intervenciones en ‘urgentes’, ‘necesarias’ y ‘obras de mejora’. «El conjunto amurallado de Toledo posee unas características únicas en España, fundamentalmente por el sistema defensivo de sus puertas. Desde luego, merece contar con un plan de inversiones, que el IPCE llevará a cabo en la medida que sea posible y necesario», explicó el propio arquitecto durante la presentación de los resultados de las obras iniciadas el pasado mes de diciembre. En palabras del director del IPCE -quien recordó las intervenciones realizadas en Toledo durante los últimos años a través de este organismo dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, desde las diversas intervenciones en el claustro de la Catedral hasta la restauración de la reja monumental de San Juan de la Penitencia conservada en el Museo de Santa Cruz, pasando por la reciente rehabilitación del amurallamiento situado sobre el paseo de Recaredo-, «queremos tener una visión de conjunto de todos los problemas y conocer cuáles son las prioridades de la ciudad».
En este sentido, el plan director de las murallas define como intervenciones ‘urgentes’ «seis o siete zonas», una de las cuales era precisamente el entorno del puente de San Martín ahora rehabilitado. «Otra es una zona de aparcamiento en el postigo de Doce Cantos». Otra más, el cubo cilíndrico situado en las inmediaciones del convento de San Gil, actual sede de las Cortes de Castilla-La Mancha, «que deberíamos documentar y estudiar a fondo antes de que se degrade más, porque posee elementos bastante interesantes», según Pedro Ponce de León.
La obra de San Martín. La intervención sobre los amurallamientos situados junto al puente de San Martín ha tenido un coste de 433.000 euros. Las obras se iniciaron hace meses tras la alarma de los vecinos, «que apreciaron que unos voladizos de ladrillo estaban a punto de caerse». El IPCE intervino de urgencia y gracias a eso fue posible apreciar que «todo el peto de muralla estaba a punto de colapsar, con el riesgo de que se produjera algún accidente grave debido al constante tránsito de vecinos y turistas». Tras la instalación de los andamiajes fue posible detectar y atajar problemas de acumulación de humedades a consecuencia de la lluvia. En algunos puntos, de hecho, se había perdido parte del material que confiere solidez a la muralla. También se ha consolidado el antepecho para que sea posible asomarse sin ningún problema.
Como resultado de la memoria arqueológica sería posible destacar la aparición de abundantes incrustaciones cerámicas, que permitirán a los expertos datar diversas reparaciones. «También ha sido interesante el estudio de las gárgolas o sumideros volados, junto con la boca de dos canalizaciones que vertían fuera de los muros. Por la altura a la que se encuentran situadas no parecen ser poternas de evacuación, sino galerías de saneamiento». Para finalizar, según el arquitecto Pedro Ponce de León, la intervención ha permitido conocer más detalles relacionados con una de las corachas o amurallamientos transversales de la zona.