Fue un 28 de octubre de 2009 cuando Emiliano García-Page, entonces alcalde de Toledo, anunció que en 2010 se iniciarían los estudios preliminares para un segundo Plan Especial del Casco Histórico para que, en la siguiente legislatura, pudiera abordarse la redacción concreta del II PECH. Para hacerlo, solicitó la colaboración de la Real Fundación de Toledo. Esa fue la primera vez en la que se aludió a la necesidad de adecuar el documento a las nuevas realidades de la ciudad y sus habitantes y, sobre todo, de hacerlo desde la perspectiva de que «el PECH es una parte de la ordenanza número I del POM».
Emiliano García-Page, de hecho, se reunió en abril de 2012 con el arquitecto y urbanista Joan Busquets, con quien repasó el desarrollo del Plan Especial del Casco Histórico de Toledo, del que fue redactor y que en esa fecha acababa de cumplir 15 años de vigencia. Durante el encuentro, apreció el gran avance que el Plan había supuesto para la conservación patrimonial de la ciudad, al tiempo que se planteó la necesidad de adaptarlo «a las nuevas normativas urbanísticas y de rehabilitación».
Y volvió a ser el entonces alcalde de Toledo quien, el día 7 de julio de 2015, aseguró que «la actualización del Plan Especial del Casco de Toledo», encargado un año antes por el Ayuntamiento a los mismos profesionales que en su momento redactaron el PECH, estaría lista «en septiembre u octubre» para sumarlo a la revisión del POM que, dicho sea de paso, se estaba abordando en la ciudad. Así lo apuntó en la visita a la rehabilitación de un inmueble de la ciudad, entorno que aprovechó para señalar que el citado «puede ser uno de los planes especiales de actuación en los cascos históricos más exigentes del mundo».
Sin más noticias sobre dicho proyecto, retomó su sucesora, Milagros Tolón -en marzo de 2019-, el encargo auspiciado por la Real Fundación que solicitó la puesta la día de un Plan que, aseveró Gregorio Marañón, «debe necesariamente actualizarse entendiendo el Casco Histórico en su más amplio sentido». En aquella reunión, sin precisar ni los plazos, ni las asignaciones presupuestarias, ni los nombres de las personas elegidas para esta encomienda, preguntado Jesús Carrobles por los procesos a iniciar respondió que «los primeros pasos son los administrativos». Esto es, «la configuración de un equipo» responsable de realizar este trabajo que «plantee un estudio serio» de las propuestas dictadas en 1997 contemplando «en qué medida se han cumplido». Por supuesto, los ‘elegidos’ serían los encargados de analizar las posibles propuestas para la actualización de un documento ya agotado.
Pues bien, desde entonces, nada concreto se ha sabido ni de los procedimientos, ni de los márgenes, ni de las cantidades económicas asignadas -o no- desde aquel 2009.