La consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, adelantó que este mes de julio su departamento va a iniciar trabajos de limpieza y desbroce de vegetación en el yacimiento arqueológico toledano de Vega Baja, además de adjudicar tres contratos para seguir avanzando en la perimetración y catalogación del yacimiento arqueológico, cuyos trabajos se iniciaron pero están inconclusos.
La Fundación Impulsa ya trabaja en la tramitación de tres contratos menores. Con el primero de ellos, el Gobierno regional busca determinar aplicando técnicas de georadar la potencia de los restos arqueológicos que pudieran ‘esconder’ las parcelas situadas fuera del perímetro del BIC de Vega Baja. El segundo de los contratos está relacionado con la interpretación de los resultados obtenidos con el georadar y el tercero servirá para hacer un estudio topográfico de la zona.
Así lo ha avanzó la consejera al ser preguntada, antes de participar en Toledo en la reunión del Patronato de la Real Fundación, por el acto de protesta de un estudiante de arqueología, que instaló este jueves un «cementerio» con las tumbas de los reyes visigodos en la Plaza del Ayuntamiento de Toledo para denunciar el «atentado cultural» que las distintas administraciones están acometiendo en esta parte de la ciudad.
«Desde el punto de vista de lo que compete a la administración regional nosotros tenemos el foco puesto y estamos pendientes de Vega Baja, ya que es uno de los yacimientos visigodos más importantes del ámbito nacional», aseguró Rodríguez, que subrayó que el Gobierno regional «insiste no sólo en la defensa de los restos patrimoniales, sino del conjunto paisjístico que se deriva».
El presidente de Castilla-La Mancha anunció el pasado mes de febrero la decisión de iniciar una «radiografía exhaustiva» de la Vega Baja. En ese momento indicó que la intención de la Consejería de Educación y Cultura, con competencias en Patrimonio, era lanzar este trabajo, «de alta tecnología», en colaboración con el Ayuntamiento, con un programa de excavaciones y un estudio arqueológico «todos los años» con el objetivo de catalogar los vestigios que se encuentran en este entorno privilegiado, a los pies del Casco histórico.
«Será un trabajo sistemático, sin prisa pero sin pausa, para que no se detengan los estudios arqueológicos y que todos los años haya un elemento de excavación que nos permita poco a poco desenterrar el patrimonio», enfatizó García-Page, que consideró que había llegado el momento «de levantar el freno» con Vega Baja y «pisar el acelerador». En este sentido, justificó la situación de abandono que ha sufrido el yacimiento en la última década por la crisis económica.