El Ayuntamiento de Toledo va a proceder a retirar «en 24 horas» entre 3.000 y 4.000 litros de agua contaminada con fuel en el acuífero del Casco Histórico. Así al menos lo confirmó en la mañana de ayer el técnico municipal de Medio Ambiente, Carlos Treviño, que visitó los tres pozos afectados por un vertido de gasoil en un inmueble comercial de la calle Cuesta de la Ciudad en compañía de otros técnicos municipales, un agente de la Policía Local y un agente medioambiental.
Pasadas las doce del mediodía se personaron en el local de la empresa turística ‘Entorno Toledo’, y tras hablar con su propietario, Julián Baños, procedieron a tomar muestras del vertido y a calcular la cantidad de agua contaminada que piensan retirar, una actividad para la que serán necesarias bombas de extracción y un camión cisterna.
Un agente medioambiental de la Junta de Comunidades fue el encargado, tras tomar las oportunas medidas de seguridad colocándose una mascarilla, de sacar hasta tres muestras distintas del vertido. Todas esas muestras se realizaron en el pozo donde se detectó el origen del vertido, allá por el pasado mes de agosto.
Se drenarán 3.000 litros de agua contaminada con fuel - Foto: Yolanda LanchaEn aquella ocasión el fuel no sobresalía del pozo, pero las últimas lluvias han elevado el nivel freático del acuífero y el nivel del agua sobrepasa ya los tobillos, inundando de gasoil una de las cuevas del local.
Carlos Triviño, técnico municipal de Medio Ambiente, aseguró a La Tribuna que el afloramiento del vertido se debe en su opinión al arrastre del gasoil que permanecía adherido a las rocas desde el mes de agosto, y que ahora sube con el nivel del agua, y no a un nuevo vertido o a un goteo constante del fuel desde alguna instalación. Aunque se va a analizar el gasoil para confirmar que es idéntico al aparecido en verano, desde el Consistorio no tienen dudas de que pertenece a algún depósito subterráneo de una caldera, seguramente, antigua.
La intención de los técnicos municipales era poder retirar cuanto antes entre 3 y 4 metros cúbicos de agua (3.000 o 4.000 litros) contaminada, más o menos la extensión de la cueva donde afloró el vertido. Confiaban que la retirada se hiciera enseguida, pero al cierre de esta edición aún no había constancia de que se hubiera producido su drenado.
Con la retirada de esa cantidad de agua con gasoil diluido, los técnicos piensan que se eliminará el vertido y se pondrá fin a una historia que comenzó en pleno mes de agosto. El propietario del inmueble afectado, Julián Baños, no era tan optimista, y aseguraba que el agua volvería a subir a las pocas horas, ya que es el nivel freático, y con él, seguramente, más restos de combustible.
Baños se lamentó a su vez de la inactividad municipal en estos tres meses y del «irreparable daño patrimonial» que han sufrido sus tres pozos, que asegura se remontan a la época árabe y romana.