Los Padres Agustinos también dejan la ciudad para atender otras encomiendas pastorales. Es la segunda noticia de la salida de una congregación religiosa de Talavera, después de conocerse el de los Padres Carmelitas.

Según han informado desde el Arzobispado, la salida se producirá cuando se cumplen este curso pastoral 30 años de la erección de la parroquia de San Alonso de Orozco. Exactamente sucedió el 12 de octubre de 1991, al celebrar el IV Centenario de la muerte del Santo oropesado Alonso de Orozco cuando, tras conversaciones entre el cardenal Marcelo González Martín y los padres agustinos, se constituye una nueva parroquia para la ciudad.

El templo está ubicado en los bajos de un bloque de viviendas situado en la calle de Miguel Ángel nº 9, y al que acude diariamente un nutrido grupo de fieles a las catequesis, a la formación cristiana y a las celebraciones litúrgicas.

El actual párroco es el padre agustino Juan Antonio Goyanes Martínez, mientras que ha estado ejerciendo de vicario parroquial el padre Antonio de Mier Vélez. El prior de la comunidad y capellán de las Madres Agustinas ha sido hasta ahora el padre Eleuterio Dujo Martín, OSA.

El Padre Provincial de los agustinos ha explicado que seguirán hasta el mes de septiembre atendiendo todos los apostolados en los que trabajan.

El Arzobispado ya ha anunciado que las parroquias de Nuestra Señora del Carmen y de San Alonso de Orozco serán atendidas por el clero diocesano.

La presencia agustiniana en Talavera de la Reina se remonta al siglo XVI. El oropesano Alonso de Orozco, en su niñez, fue ‘seise’ de La Colegial y posteriormente como religioso agustino fundó el Convento San Agustín ‘el Viejo’ en 1566, hoy Museo Ruiz de Luna, y el Convento de las Monjas Agustinas Contemplativas en el año 1573, hoy residencia sacerdotal Beato Saturnino Ortega, en la calle de Los Úbedas.

De forma ininterrumpida hasta nuestros días, se ha mantenido en Talavera la presencia agustiniana teniendo en cuenta, la «brusca supresión» impuesta por las leyes de Mendizábal en la tercera década del siglo XIX. Se reanudó la actividad de los agustinos en la ciudad el 22 de octubre de 1902. Atendieron a la capellanía de las Agustinas y regentaron un colegio de primera y segunda enseñanza, cedido por los jesuitas, por pocos años pues los profesores fueron trasladados al Calatrava de la ciudad de Salamanca, distinguiéndose siempre por su espíritu apostólico en la ciudad, y sirviendo como capellanes de las Madres Agustinas, y, en este último periodo también atendiendo a los Hermanos Maristas.

Los sacerdotes diocesanos que trabajan en Talavera supieron hacen unas semanas que los padres agustinos y los padres carmelitas marchaban de la ciudad para atender otras encomiendas pastorales por decisión de sus superiores. La noticia les cayó como «un jarro de agua fría» por la buena sintonía que siempre ha existido entre el clero diocesano y los religiosos. Lo mismo está sucediendo con los feligreses de las dos parroquias al enterarse de la salida de ambas órdenes religiosas tras la presencia de siglos de unos y otros en nuestra ciudad.

Edad media del clero. El Arzobispado de Toledo destaca que, siguiendo las estadísticas (2019) la edad media del clero español es de 65 años y 6 meses, una edad que deja a los curas españoles a sólo dos meses de la edad de jubilación. Aunque muchos de ellos trabajan «extenuadamente» hasta los 75 en muchos rincones de España. Sin embargo, la media de edad del clero toledano baja hasta los 52 años.

En Talavera de la Reina, con 83.663 habitantes en 2020, la atención pastoral (contando a los padres carmelitas y agustinos) la llevan 37 sacerdotes y un diácono, que trabajan en la Basílica, en las parroquias, en los colegios de la ciudad, las capellanías de monasterios y casas religiosas y demás. El total de parroquias son 13, más la Basílica de Nuestra Señora del Prado. Además, en Talavera residen 14 sacerdotes jubilados.

La Archidiócesis de Toledo, y especialmente el Arciprestazgo de Talavera de la Reina, agradecen a la Orden de los Padres Carmelitas y la de los Padres Agustinos «la atención, delicadeza y exigencia con la que se han entregado a los fieles de la ciudad y a las distintas realidades que han atendido a lo largo de los siglos, con el afán de que Cristo fuese más conocido de todos».