El Circo Romano de Toledo es uno de los grandes olvidados del patrimonio de la ciudad. Alejado de los circuitos tradicionales del turismo y, a pesar de las limpiezas y delimitaciones de los últimos años, demasiado degradado por el paso del tiempo y la falta de cuidados, se trata de un monumento que cualquier otra ciudad firmaría con los ojos cerrados tener.

A lo largo de los años han surgido muchas propuestas sobre qué hacer con el Circo Romano o cómo poner en valor sus restos. Una de las últimas en salir a la palestra es la del director de la Escuela de Arquitectura de Toledo, Juan Ignacio Mera, que, en una carta de opinión dirigida a La Tribuna (publicada hoy en las páginas de opinión), lanza la propuesta de realizar una reconstrucción parcial del edificio romano para así recuperar parte de su esplendor y, de paso, convertirse en un nuevo atractivo turístico de la ciudad que se pueda sumar a su vez a la cercana zona visigoda de Vega Baja.

La propuesta de Mera es rompedora en una ciudad como Toledo, pero ya se ha aplicado con notables éxitos en otras ciudades del mundo. Se trata de casos como el Puente Vecchio y su Corredor Vasariano de Florencia, el Palacio Imperial de Japón o, más en la línea del monumento toledano, el propio Coliseo de Roma.

El director de la Escuela de Arquitectura es consciente de lo polémico que puede resultar su planteamiento, pero no duda de los beneficios turísticos y económicos que podría tener para una ciudad que muchas veces pasa de puntillas por su pasado romano.

«Toledo saldrá orgullosa y la gente entenderá por qué se paró aquella locura que apostaba por la construcción de 1.300 viviendas en un lugar como este», afirma Juan Ignacio Mera a modo de conclusión en su columna de opinión.

Y es que, el proyecto del Circo Romano que plantea no se entiende sin una conexión con Vega Baja, proponiendo un parque arqueológico que aglutine estas dos zonas y que se sustente en elementos naturales, como la recientemente levantada senda de moreras que une la Fábrica de Armas y San Pedro el Verde con el Poblado Obrero de una forma respetuosa con los restos arqueológicos.