Castillo de San Servando, uno de los símbolos de Toledo

José García Cano*
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Situado en una posición estratégica, sus muros dominan el acceso por el puente de Alcántara, la entrada original a la ciudad desde época romana. Actualmente sirve de albergue juvenil gestionado por la Junta

El castillo está relacionado con casi todos los sucesos históricos de la ciudad.

El primer castillo al que dedicamos esta entrega es el de San Servando, situado en la ciudad de Toledo. Símbolo de la historia de nuestra capital y ubicado estratégicamente sobre un cerro desde el que dominar el acceso sureste a la ciudad imperial; bajo sus muros se ubica el puente de Alcántara, punto también de referencia histórico para el acceso a la ciudad desde La Mancha o desde Andalucía. Con un posible origen romano se levantaría hace siglos una fortificación en este punto para el control de la ciudad romana de Toletum que con el tiempo se cristianizaría, levantándose en época incierta una basílica que aún existía en época de Alfonso VI, el cual la restauró y le dio la advocación de San Servando y San Germano. En 1095 el mismo rey concedió una serie de donaciones al templo que pudo tener un posible antecedente visigodo y en ese momento se cita la existencia de un castillo en los alrededores, cuya propiedad pertenecía al monarca y no a la comunidad que se había establecido en San Servando. Es importante señalar que este viejo castillo no es el que todos conocemos en la actualidad, reconvertido por cierto en albergue dependiente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Sabemos que en marzo del año 1113, según el padre Fita, fue cedido al arzobispo don Bernardo el convento –ya abandonado- y por tanto el castillo y sus posesiones anejas. Tanto a finales del siglo XI como a principios del XII la fortaleza sufrió diversos ataques del enemigo, siendo en alguno de ellos tomado por el musulmán, aunque poco después reconquistado por los cristianos. Poco a poco y a medida que la frontera con el enemigo se desplazaba hacia el sur, el sentido defensivo de la misma se fue perdiendo paulatinamente.

También sería testigo el castillo de San Servando de las luchas entre Pedro I y su hermano Enrique de Trastámara. Fue el conocido -y en estas líneas varias veces citado-arzobispo Pedro Tenorio el que entre 1380 y 1383 realizara una serie de obras de mejora y acondicionamiento del castillo, con la intención de asegurar el importante paso del puente de Alcántara. A finales del mismo siglo XIV constatamos la existencia de una guarnición en el castillo, pues en el año 1398 Enrique III concedió la tenencia de la nueva fortaleza como alcaide a don Pedro López de Ayala, alcalde también de Toledo. Pero si llegamos al siglo XVI, en el año 1525 aparece este castillo como arruinado, con lo cual debió de abandonarse en algún momento del siglo XV o principios del XVI. Es en esta época cuando el castillo aparece mencionado como castillo de San Cervantes o de San Servando.

Ya en el siglo XIX su propietario era el Estado y en 1857 fue entregado al Ramo de Guerra, usándolo como almacén de pólvora al estar fuera de la ciudad para evitar accidentes. En 1873 se sacó a subasta por 3.000 pesetas y ante la posibilidad de que fuera demolido por algún nuevo dueño, la Comisión Provincial de Monumentos se movilizó en pro de su conservación, destacando el papel del historiador don José Amador de los Ríos, consiguiéndose por aquél entonces la declaración de Monumento Nacional bajo Real Orden de 26 de agosto de 1874, destacando que se convertiría en el primer castillo español que obtuvo este tipo de declaración. La citada Comisión Provincial, ante la falta de recursos lo alquiló como corral de ganado y realizó -justo ha hecho este año un siglo- una serie de excavaciones en su interior y alrededores, encontrándose diversos sepulcros rupestres labrados en la roca viva, que serían posiblemente de los ocupantes del primitivo castillo, pues algunos de ellos aparecieron entre la torre del homenaje y el recinto de la fortaleza mayor, fuera por ello de la reforma que realizó el arzobispo Tenorio en el XIV. Llegados a la época de la Guerra Civil, dentro del castillo se ubicaron algunas baterías que participaron en los ataques hacia el casco histórico y hacia el Alcázar. En 1945 fue cedido en usufructo al Frente de Juventudes y fue reconstruido en 1959 para ubicar en su interior un colegio menor que se denominó de San Servando, como no podía ser de otra forma y por el que han pasado cientos de toledanos que recordarán con añoranza aquellos años de colegio en el castillo. Años después también se convirtió en residencia universitaria, sede de las Cortes de Castilla la Mancha y finalmente como indicábamos anteriormente en el Albergue Juvenil San Servando, dotado con diferentes servicios, incluyendo piscina, cafetería, pista polideportiva, etc. Citaremos como dato interesante que en los últimos tiempos que vivimos por la pandemia, en su salón de actos se realizan diversos actos como presentaciones de libros, tan limitados como todos sabemos y que en este punto tan toledano y original se realizan siempre con todas las medidas sanitarias e higiénicas necesarias.

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo