López Teulón publica el III tomo de 'La persecución religiosa'

L.T.
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El sacerdote recoge en los tres libros la importancia de recordar a los mártires y sus historias, acaecidas en la Archidiócesis de Toledo durante la Guerra Civil

López Teulón publica el III tomo de ‘La persecución religiosa'

El sacerdote Jorge López Teulón ha publicado recientemente el tercer tomo de su libro 'La persecución religiosa de la Archidiócesis de Toledo. 1936-1939', dedicado a las vicarías de la Mancha y de la Sagra. Llega tras los dos primeros, publicados en 2019, sobre los sucesos acontecidos exclusivamente en la ciudad de Toledo, y el segundo, que fue editado en 2020, sobre los pueblos que pertenecen a la vicaría de Toledo y de Talavera de la Reina.

La obra, publicada en estos tres tomos de más de 600 páginas cada uno, quedará completada con un cuarto libro que recogerá el testimonio martirial de los sacerdotes que trabajaban en los arciprestazgos de las diócesis de Albacete (Alcaraz y Elche de la Sierra); de Guadalajara (Brihuega, Guadalajara, Pastrana y Tamajón); o de los arciprestazgos andaluces de Cazorla (Jaén) y Huéscar (Granada), todos ellos pertenecientes a la archidiócesis de Toledo en los días de la persecución religiosa.

López  Teulón ha desarrollado sus años de ministerio sacerdotal en la ciudad de Talavera, ejerciendo además como delegado de Medios de Comunicación Social en la Vicaría de Talavera (1996-2005). En el año 2002 fue nombrado Postulador de una Causa de más de 900 mártires de la persecución religiosa de 1936 a 1939, para la Provincia eclesiástica de Toledo y la diócesis de Ávila, y ejerce como capellán de Compañía de María.

El padre López Teulón habla de la importancia de recordar a los mártires y sus historias. «Es el martirio de 292 sacerdotes, de un subdiácono, de cuatro seminaristas… Ellos también tenían padres y hermanos. No son un número. Es preciso que conozcamos al detalle, lo más que se pueda, sus vidas, donde ejercían el ministerio, cómo atendían pastoralmente a su gente: que les impartieron los primeros sacramentos, que los casaron o que cada domingo celebraban para ellos la Santa Misa…», afirma.

El autor explica además que se ha buscado visualizar los lugares martiriales, «lugares por los que paseamos, calles o lugares de culto a los que acudimos» y que fueron testigos de ellos.

Después de diferentes reformas durante los episcopados que han regido la diócesis en el siglo XX, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, en 2015, hizo la actual división pastoral de la archidiócesis, que es como sigue: la diócesis está dividida en 26 arciprestazgos, agrupados en 4 vicarías episcopales. Los 26 arciprestazgos atienden 232 municipios y asisten a 270 parroquias.

En el prólogo de la obra, escrita por el Arzobispo, monseñor Francisco Cerro Chaves, se puede leer: «En este volumen el autor hace un recorrido exhaustivo por los consagrados al Señor en las parroquias que hoy comprenden las vicarías de la Mancha y de la Sagra, más de un centenar de testimonios sacerdotales de aquellos que, en el momento supremo de su vida, supieron unirse al altar de Dios y prolongar en el último suspiro de su existencia el sacrificio de Cristo que celebraban todos los días en el altar de sus iglesias donde ejercían su ministerio. No hicieron otra cosa que cumplir con lo que el obispo les exhortó cuando les entregó la patena y el cáliz al final del rito de su ordenación».

historias. Aunque el Martirologio trata sobre el martirio sufrido por los sacerdotes y seminaristas en la archidiócesis de Toledo -292 del clero secular, un subdiácono y cuatro seminaristas-, también en este tercer tomo, como en los dos anteriores, se ha usado para el relato de estos los testimonios de seglares, religiosas o religiosos. Historias de perdón de un sacerdote -que todavía vive- o de una religiosa y cómo afrontaron desde el perdón la muerte de sus padres o incluso, el testimonio de la madre de un joven de 16 años que en su testamento -ya pasados los años- deja dinero para misas por el alma del asesino de su hijo.

Las 500 fotografías que acompañan el relato, que muestran especialmente el rostro de los mártires y el destrozo de los templos, el llamado martirio del arte, facilitan enormemente la lectura al visualizar las cosas que se narran. Así como la explicación de las exhumaciones realizadas en estos 15 años o los trabajos de la mina de Camuñas (Vicaría de la Mancha).

Como explica el notario actuario para las causas de los mártires, Rubén Zamora, en las páginas introductorias «esta magnífica obra nos ofrece un itinerario físico con una gran carga espiritual y emotiva. Podemos recorrer los distintos lugares martiriales como un viacrucis regado por la sangre preciosa de nuestros hermanos que sigue clamando aún hoy para que nuestra fe sea coherente como lo fue la suya».