La polémica está servida. Podría parecer poner la tirita antes que la herida, pero el avance del POM parece haber encendido la mecha de un incendio que «puede tener consecuencias muy serias para Toledo». Así lo afirmaba ayer Manuel Antonio Zárate Martín, doctor en Geografía por la Universidad Complutense, catedrático de Geografía e Historia de Bachillerato, profesor titular de universidad y catedrático, en declaraciones a La Tribuna, justo antes de impartir una conferencia en la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Zárate afirma que Toledo se encuentra protegida por «tres leyes», que impiden la construcción o apremian a la protección de las vegas del Tajo, algo que a su juicio «el POM no tiene en cuenta». Estas tres normas, según el catedrático, serían el decreto de 1940 de la legislación nacional, que declaró la ciudad monumento conjunto artístico; en 1968 con unas instrucciones de la Dirección General de Bellas Artes, que «precisa donde se puede construir y bajo qué características hacerlo, quedando las vegas del Tajo protegidas»; y quedando abrochada en 1986 con la declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, «que materializa la protección de esas zonas que inciden sobre lo ya anteriormente protegido». Además en 1997, según explica el profesor, se crea un plan especial para el Casco Histórico que señala la existencia de unos conos visuales como bien de protección. Por ello «dificultan cualquier actuación urbanística», algo que explica por qué en la zona de La Peraleda «no se ha construido hasta el día de hoy, y por qué en Vega Baja hay tan poca construcción en relación a lo que en dos ocasiones se ha planteado construir», llegando a cifrar un primer intento en 1.300 viviendas y un segundo de 398 en el entorno del circo romano. Del mismo modo, recuerda que ya «hubo una denuncia por expoliación al Ministerio de Cultura, hay una denuncia a la Unesco y al Parlamento Europeo». Además Zárate señala que, en consecuencia, podría perder la ciudad la declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, como ya pasase a Liverpool en 2021 y a Dresden en 2009, ya que las acciones previstas en el POM acarrean un impacto medioambiental «que no es asumible» por el valor medioambiental de las zonas, y «la pérdida de la calificación es un riesgo que hay que saber si estamos dispuestos a asumir». Además el profesor explicó que «en caso de que la ciudad necesite crecer, hay otras zonas para hacerlo», y recordó que Toledo ha perdido 362 habitantes en el último año, algo que «ya ha sucedido en varios años».