Toledo ya sabe cómo quiere vivir su futuro y así se ha reflejado por escrito en el documento de avance del próximo Plan de Ordenación Municipal (POM) que se presentó esta mañana públicamente. La ciudad mira de frente a un «urbanismo más sostenible a corto y medio plazo-15 o 20 años-», explicó la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, ya que el planeamiento urbanístico ya no se diseña a muchos años, basado en varios objetivos prioritarios que buscarán un aumento de población, la cohesión entre barrios, nuevas infraestructuras, un urbanismo más cuidadoso con el entorno y ligado al río, que parte como «eje vertebrador», que ahonde en la regeneración urbana y se apoye «en un modelo colaborativo» que convenza a todos, tanto a políticos, expertos, colectivos, agentes sociales y, sobre todo, a la ciudadanía.
El futuro POM aún no tiene fecha porque aún hay un largo camino administrativo por delante, pero este avance supone «un punto de partida» cocinado por los técnicos municipales y el equipo de Gobierno que se irá enriqueciendo en los próximos meses con distintas aportaciones.
Este documento, que se acompaña de varios planos, muestra un POM más ajustado a las necesidades, según dio a entender Tolón, que huye de las grandes cifras que alumbraban el anterior plan del 2007, que finalmente quedó anulado en los tribunales en 2018, lo que ha provocado que desde esta fecha el Ayuntamiento haya trabajado en modificaciones puntuales del Plan General del 86 para evitar la paralización de la ciudad y al mismo tiempo en la planificación futura teniendo en cuenta los condicionantes y las particularidades de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El mapa muestra en color rosa el suelo urbanizable aprobado en 2007 que no aparece incluido en el avance del nuevo POM.El futuro plan urbanístico plantea un posible crecimiento tomando como referencia diez millones de metros cuadrados urbanizables, y una horquilla de nuevas viviendas de entre 12.000 y 18.000 viviendas, lo que demuestra que se trata de un planteamiento menos desarrollista que supone un tercio de la expansión que se marcó en 2017, ya que ese POM recogía más de 30 millones de metros cuadrados de suelo residencial y una previsión de viviendas que superaba las 50.000. Aún así, el Ayuntamiento tiene como fin atraer a la población que vive en los municipios anejos a la capital por la falta de demanda y el precio de la vivienda en los últimos años.
En este caso, Tolón destacó que Toledo cuenta aún con suelo urbano para su desarrollo y el futuro POM se sustenta sobre diez sectores de crecimiento -La zona de contacto, La Peraleda, Cerro de los Palos, Polígono residencial, entre otros, que contribuirán a que la ciudad alcance los «100.000 habitantes» apoyándose también en la regeneración de Santa Bárbara y del barrio de Palomarejos, donde resultará fundamental el proyecto que está diseñando el Ayuntamiento para construir viviendas en los terrenos de la Comandancia de la Guardia Civil y en los del hospital Virgen de la Salud, una vez que se lleve a cabo el proceso de descontaminación sanitaria por parte del Gobierno regional y se rubrique un convenio con el Ministerio de Seguridad Social para que la ciudad pueda disponer de este suelo y así rejuvenecer un barrio con una edad media muy alta.
En estos planes a medio plazo, la Empresa Municipal de la Vivienda también tendrá protagonismo y volverá a desempeñar su función principal ligada a la promoción de viviendas. Esta empresa ligada al Ayuntamiento, que cumplirá 30 años en 2023, ha logrado construir 1.200 viviendas, de poner suelo para promociones, disponer de un mercado de alquiler, reorientar sus fines para adaptarse en tiempo de crisis como una entidad rehabilitadora, asesora y prestadora de distintos servicios municipales.
Dentro de la nueva planificación, Tolón subrayó que «en toda Vega Baja se suprime la posibilidad de construir viviendas», objetivo que se remarca desde hace años y por fin se trasladará al papel. En este caso, El Ministerio de Cultura, la Junta y el Ayuntamiento trabajarán en el parque arqueológico los próximos cuatro años gracias a una inversión inicial de 1,7 millones de euros.
El Casco Histórico también presenta un tratamiento especial en el futuro urbanismo. En principio, el planeamiento tendrá muy en cuenta la necesidad de aumentar población y de mejorar sus condiciones de vida, que a su vez están ligadas a su explotación turística. Por tanto, será necesario tomar como herramienta el plan de sostenibilidad turística para racionalizar y equilibrar los usos del Casco para evitar su pérdida de población. Además, el futuro POM regulará las viviendas de uso turístico y el Consorcio disfrutará de un importante papel ligado a un programa de rehabilitación de viviendas en desuso para atraer a población joven.
Infraestructuras. Tolón mantiene que el crecimiento de la ciudad debe ligarse a nuevas conexiones, con lo que está previsto que se construya un puente que una Valparaíso con Buenavista, se reforzará el camino de Albarreal para acceder y salir de la Legua, se construirá la conexión entre Azucaica y el Polígono para conectar la ciudad por la zona sureste, se recuperará la antigua vía ferroviaria entre Santa Bárbara y Azucaica, entre otras.
Además, Tolón considera «esencial» el proyecto del tercer carril al Polígono para evitar los atascos de salida, que problamente se inicie dentro de unos meses porque el proyecto ya está en el Ministerio, las obras en la A-40 y la ronda sureste «que completaría la circunvalación a Toledo».
Por otra parte, la alcaldesa también hizo hincapié en el desarrollo industrial y tecnológico con la futura ampliación del Polígono industrial en 3, 6 millones de metros cuadrados para potenciar «su carácter logístico» e implantar empresas de investigación y desarrollo. El Ayuntamiento quiere «ampliar las oportunidades de empleo», un factor ligado íntimamente a la vivienda. Por tanto, otro de los objetivos del futuro desarrollo pasa por acercar a los residentes a sus centros de trabajo, ya que ahorraría desplazamientos y ayudaría a avanzar en sostenibilidad.
El POM también traerá más espacios verdes, la renaturalización de algunas zonas, la creación de pasillos verdes y de infraestructuras que logren «una ciudad más amable, más verde, más inclusiva».