El equipo docente de la Escuela de Arquitectura advirtió a la alcaldesa -en octubre de 2018- de las consecuencias de un proyecto urbanizador que no deja de ser «una masa de viviendas de siete alturas» que «provocará un impacto comparable con el permitido en Seseña». Desde la institución académica se apuntó la inquietud despertada tras la contemplación de un proyecto que «olvida estudiar las operaciones urbanísticas en alzado» sobre todo «cuando sabemos que si Toledo no tuviera esta silueta no sería todo lo que es».
Además, «el proyecto» contenido en la Modificación «contraviene las recomendaciones contenidas en el Plan Especial redactado por Joan Busquets», ante lo que en la misiva se solicita tanto a la regidora como al equipo de Gobierno «la posibilidad de replantear la forma en la que se va a llevar a cabo» el citado ordenamiento porque «Toledo necesita crecer, pero de una forma óptima y con un proyecto que aproveche el enorme valor del entorno que esta ciudad ofrece».
De ahí que desde la Escuela se intentó «llamar la atención de los partidos políticos» para que, desde el Plan General de Ordenación Urbana, se aprecien y protejan los espacios «de importante valor para Toledo».