La Junta de Gobierno del Ayuntamiento, en sesión celebrada en 4 de julio de 2018, resolvió someter a información pública la Modificación Puntual nº 29 del Plan General Municipal de Ordenación Urbana de Toledo. Dentro del plazo establecido para la recepción de alegaciones y propuestas, se presentaron 36 remitidas por particulares, instituciones culturales y de defensa del patrimonio (que hasta la fecha no han recibido contextación del Ayuntamiento) que, mayoritariamente, cuestionaban el aumento del número de viviendas en La Peraleda.
De hecho, la Memoria Justificativa de la citada Modificación, todavía en fase de tramitación, pretende devolver a La Peraleda la calificación de suelo urbanizable de uso residencial, que perdió tras la anulación judicial del POM de 2007. Esta zona, junto al sector del Observatorio, son los únicos suelos urbanizables que la modificación del planeamiento vigente iba a rescatar antes de que el Ayuntamiento presentase el avance del nuevo Plan de Ordenación Municipal. No obstante, si la Modificación Puntual número 29 sale adelante, el antiguo PP-2 ganará dimensiones con respecto a la propuesta urbanística anterior, ya que la nueva ordenación incluye los más de 100.000 metros cuadrados de titularidad municipal que en la actualidad ocupa el recinto ferial.
Pues bien, ante la recomendación del Ejecutivo regional al Consistorio de no actualizar el POM vía modificación y apostar por la redacción de un nuevo Plan de Ordenación que ofrezca todas las garantías jurídicas, queda recordar que ya en el periodo de alegaciones, las propuestas recibidas argumentaban en ese mismo sentido.
Curiosamente, todos los partidos políticos con representación en el Consistorio -Ganemos, Partido Popular y Ciudadanos- mostraron en su día -y continúan haciéndolo- su desacuerdo con una Modificación que, ante todo, se centra en la clasificación como suelo urbanizable de uso residencial la zona denominada La Peraleda. Eso sí, sólo Ganemos Toledo presentó una batería de alegaciones ya que PP y Cs ya anunciaron en la preceptiva Comisión de Urbanismo que votarían en contra.
El que fuera portavoz ‘popular’, Jesús Labrador consideró que no tenía mucho sentido presentar alegaciones cuando la postura del partido era contraria a la Modificación. De la misma forma, Esteban Paños, apreció que se trata de un «tema de ciudad» que deseaban estudiar «con las aportaciones que se hayan presentado en forma de alegaciones durante el periodo de información pública».
En este sentido, aseguró Araceli de la Calle que «han sido numerosas las ocasiones en las que hemos solicitado sin éxito, a través de la Comisión de Urbanismo, que se entregue a los grupos políticos las alegaciones realizadas por entidades y colectivos de la ciudad» sin obtener respuesta, por loa que «ante la poca transparencia mostrada por el Gobierno, Ciudadanos registrará la petición de manera formal».
Ganemos y sus 10 alegaciones. El inicio de tramitación de este nuevo ordenamiento -que pretende básicamente ‘legalizar’ tres sectores urbanizables heredados del instrumento urbanístico anulado (La Peraleda, Observatorio y ampliación del suelo industrial)- recibió de Ganemos, entonces socio de Gobierno de los socialistas, diez alegaciones y una propuesta de enmienda a la totalidad y retirada de la Modificación.
En el documento presentado por Ganemos, se argumentaba que la Modificación Puntual nº 29 del PGMOU implica decisiones municipales de cierta envergadura «que no son automáticas ni ineludibles» ya que sus «van a condicionar el futuro de la ciudad de Toledo durante muchos años». Y, por si esto fuera poco, «en la práctica van a dificultar que se aborde la problemática urbanística de Toledo en su conjunto mediante la redacción de un nuevo POM durante las dos próximas legislaturas».
Por tanto, lo primero que proponían establecer es «un marco justo y plural de debate sobre las consecuencias a futuro de las propuestas incluidas en la modificación 29» y, en su caso, «la elección de la formulación de la herramienta urbanística más adecuada para facilitar y ampliar el debate a toda la ciudadanía que se verá afectada, que es, como mínimo, la población toledana en su conjunto».
Todo ello, llevó a Ganemos a «solicitar la retirada del expediente de la MP-29 y el inicio formal de la redacción de un nuevo POM» ya que «los ajustes técnicos urgentes que son necesarios incorporar en el PGMOU de 1986 ya se están tramitando como Modificación Puntual nº 28». A partir de ahí, apreciaban, «lo que Toledo necesita es una revisión del marco jurídico-urbanístico municipal para tomar decisiones estratégicas que tengan en cuenta todas las necesidades y todos los intereses en juego, es decir, un nuevo POM» porque «no podemos utilizar la puerta falsa de una modificación supuestamente puntual para seguir funcionando unas cuantas legislaturas más utilizando las mismas estrategias e instrumentos que nos han conducido al desastre». Sentenciaban, tras ello, que «es necesario un cambio de rumbo, y eso no puede hacerse hurtando a la ciudadanía cualquier debate sobre el futuro de Toledo».
Argumentos, hay que decir, en perfecta sintonía con los recomendados por el Gobierno regional sobre la conveniencia de no redactar un nuevo POM vía modificaciones puntuales.