«Las medidas de nivel 2 llegan tarde. Hace dos meses que tenían que haberlas aplicado». De esta forma valora Jesús Porro, vicesecretario de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos en Toledo, las nuevas restricciones impuestas esta semana para la ciudad de Toledo, unas limitaciones que vuelven a aplicarse a toro pasado, cuando la tasa de contagio ya se ha disparado.
«Tenemos el virus pegado a nuestros talones y los políticos pierden el tiempo en una moción de censura. Así es este país. Los políticos necesitan buenos asesores médicos para afrontar esta crisis y dejar de ir tomando medidas a la carrera. De otra forma es difícil tomar las decisiones correctas», analiza el profesional sanitario, que conoce de primera mano los efectos de la pandemia en la ciudad en las últimas semanas.
«Son muchos muertos, y hay que limitar los contagios para limitar las muertes», añade, desvelando que en las UCI de los hospitales de Toledo ha subido el pico de pacientes jóvenes y en edad pediátrica ingresados por Covid.
Si se analiza las distintas franjas de edad, destaca un aumento significativo con respecto a la primera ola de coronavirus en los grupos de edad de 8 a 10 años y de 25 años, una variación que para los profesionales sanitarios no es fruto de la casualidad. La relajación de las medidas de seguridad, los botellones y las fiestas, y el hecho de creerse inmunes a la pandemia, es lo que está haciendo subir los casos entre los más jóvenes en la ciudad, llegando a producirse en los últimos meses «fallecimientos de menores de cuarenta años».
Parece que el coronavirus solo mata a los ancianos, y no es así. Por eso, desde Confederación Estatal de Sindicatos Médicos inciden en que hay que insistir en la educación sanitaria de la población y en mejorar la conciencia social. «Hay que aprender a convivir con el virus. La gente no se entera de que esto es un virus y que no hay tratamiento ni vacunas… y tardaremos mucho tiempo en tenerlas; si es que llegamos», afirma Jesús Porro, que pone como ejemplo la historia pasada, ya que hasta que hubo una vacuna para la gripe tuvieron que pasar unos treinta años.
Con todo, a pesar de que ha subido considerablemente el número de pacientes ingresados por coronavirus en la ciudad (288 según los datos facilitados ayer por el Sescam), se han podido abrir muchas camas en el Complejo Hospitalario, con una cifra que ronda el millar, lo que indica que el 28% de los pacientes ingresados en la ciudad lo están por coronavirus, una tasa que en la región es del 15%.
El aumento de casos graves entre jóvenes es significativo, pero también es cierto, según reconocen desde Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, que «la presión en las UCI no se ha disparado. Hay una relativa tranquilidad y capacidad para dar respuesta a los casos».
Lo que sí se está resintiendo en las últimas semanas con el aumento de infectados es la actividad quirúrgica del Complejo Hospitalario, así como los cada vez más frecuentes brotes de coronavirus entre el personal sanitario, siendo el más reciente el registrado en el Hospital Provincial, que esta misma semana ha abierto 21 camas para Covid y ha dejado de ser ya el único centro libre de virus de la ciudad.