Captura de erizos: el delito que persigue la Guardia Civil

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La Guardia Civil investiga a tres jóvenes por capturar erizos comunes, una especie amenazada. Los individuos tiraron un bolso con ejemplares al ver un control de los agentes en Cazalegas

Captura de erizos: el delito que persigue la Guardia Civil

La Guardia Civil ha tomado manifestación, como investigados no detenidos, a tres hombres con edades comprendidas entre los 21 y los 27 años de edad, por un delito relativo a la protección de la flora y la fauna por capturar erizos comunes (Erinaceus europaeus), especie que actualmente se encuentra amenazada.

En la mañana del pasado sábado día 5 de junio, la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Comandancia de Toledo, junto con el Servicio Cinológico, había montado un dispositivo operativo preventivo se seguridad en la autovía A-5 (Madrid-Extremadura), dentro del término municipal de Cazalegas, cuando uno de los agentes observó cómo los ocupantes de un turismo que se acercaba al punto de control, lanzaban un bolso de grandes dimensiones a la mediana de esta vía de comunicación.

Varios agentes se desplazaron para comprobar el contenido del objeto lanzado y descubrieron que era un saco azul con 24 erizos en su interior. De  forma simultánea, la Guardia Civil identificó a los tres ocupantes de este vehículo cuando el mismo llegó a la zona de seguridad habilitada en el control y realizaron un registro de su interior, descubriendo otros tres ejemplares de estos animales en distintas partes del habitáculo. En el vehículo también había cinco perros que supuestamente habían sido utilizados para capturar estos erizos.

Captura de erizos: el delito que persigue la Guardia CivilCaptura de erizos: el delito que persigue la Guardia CivilUna patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Talavera de la Reina se desplazó al punto y confirmó que se trataba de erizos comunes (Erinaceus europaeus), especie que se encuentra dentro del catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha, de interés especial por su interés científico, ecológico y su singularidad.

Igualmente el Seprona comprobó que los cinco perros, de distintas razas, disponían de la documentación correspondiente y que todos tenían el dispositivo microchip.