La concentración que la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo acostumbra a realizar cada mes en el mirador de La Cava, junto al puente de San Martín, tuvo ayer como principales protagonistas a los niños. Gracias a las asociaciones TriBuTo e Intermediacción, acostumbradas a trabajar con pequeños en cuestiones como salud y salud ambiental -informó a La Tribuna el portavoz de la asociación, Alejandro Cano-, se sumó a la habitual jornada de protesta un taller performativo sobre reciclaje y cuestiones como el necesario respeto a los ríos.
«Fueron estas dos asociaciones quienes nos propusieron trasladar aquí sus actividades -coincidiendo con la II Semana de la Infancia y el Día de los Derechos del Niño-, haciéndolas al aire libre como apoyo a las reivindicaciones de la plataforma». El taller estaba dirigido a niños con edades entre tres y diez años, aproximadamente.
La concentración, por otra parte, estrenó horario de invierno al trasladar la convocatoria de las 19,00 horas a las 17,00, algo que se mantendrá hasta que la próxima primavera haya que cambiar de nuevo los relojes.
Además, fue la primera congregación de la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo celebrada después de las elecciones del pasado 10 de noviembre, algo que a priori no cambia las cosas para sus responsables. «Lo cierto es que no tenemos razones para la esperanza -añadió Cano-, pero seguiremos hablando con quien haga falta». En este sentido, lamentó que la anterior ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, argumentase que «antes que el Tajo, era necesario solucionar la situación del río Segura». ¿Y qué culpa tiene el Tajo de eso?, se pregunta el portavoz de la plataforma. «¿No será, más bien, que les preocupan las críticas de unos cuantos miles de votos más de los que pueden conseguir en esta tierra?».
Tampoco es cuestión de colores políticos. Según Alejandro Cano, el PSOE, que nada tiene que ver con el Partido Popular que gobierna en Murcia, «ha hecho en Castilla-La Mancha una gestión nefasta del agua, reproduciendo las condiciones (como por ejemplo convertir en regadíos tierras de secano, acabando incluso con especies autóctonas por motivos economicistas) que han provocado el deterioro del Levante durante los últimos cuarenta años». Esta posición, finalizó el portavoz de la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo -que seguirá reuniéndose el día 19 de cada mes para subrayar que desde el 19 de junio de 1972 quedó prohibido bañarse a su paso por esta ciudad-, más que una defensa «sensata» del agua se parece más a «una huida hacia adelante, cuando lo que tenemos ahí es precisamente el precipicio».