La campeona mundial de karate en kata femenina, la talaverana Sandra Sánchez ha recibido el homenaje de su ciudad por un hito histórico en el deporte español. El Ayuntamiento organizó este recibimiento al que acudieron unos 500 talaveranos en la plaza del Pan; desde el balcón se dirigió a los congregados con su dorado premio al cuello para indicarles “esta medalla es también vuestra”.
Una radiante Sandra Sánchez llegó a la hora programada, a las seis de la tarde, al Ayuntamiento, acompañada por el alcalde, Jaime Ramos, y los concejales de Deportes, y Festejos y Artesanía, Montaña Palacios y José Luis Muelas, respectivamente. La campeona mundial cambió, lógicamente, para la ocasión su karategi por pantalones blancos, blusa burdeos, chaquetón negro y ‘stilettos’ rojo. Antes de cruzar la Puerta Noble, se fue directamente a abrazar a sus padres, Serafín e Isabel, a su abuela Isabel y a todos los demás familiares y amigos que acudieron a acompañarla y a disfrutar de este merecido momento.
Después de saludar a los concejales de la Corporación municipal foto con todos ellos para subir las escaleras que conducen al antiguo Salón de Plenos para dirigirse desde el balcón a todos los que aguardaban sus palabras en la plaza del Pan, quienes fueron testigos de la entrega por parte del alcalde a la campeona mundial del bastón de mando con la empuñadura de cerámica. Y además recordó que el Ayuntamiento ha iniciado el expediente para el nombramiento de la karateca como Hija Predilecta de la Ciudad.
‘Eres muy grande’ gritaron desde el público a Sandra cuando pidió, tras la intervención de Jaime Ramos, que le bajaran un poco el micrófono. En primer lugar dio las gracias al Ayuntamiento “por haber organizado este acto para mí”. Después se dirigió directamente a los talaveranos que quisieron ver de cerca a toda una campeona del mundo para indicarles que “desde el primer momento me siento emocionada de ver que la gente se emociona por mí; la verdad es que es indescriptible”.
Talavera estuvo, como es lógico, presente en su discurso: “Es mi casa y la formamos todos nosotros, cada barrio, nuestras vivencias y todo ello es lo que nos hace tener raíces”. Las competiciones le llevan cada año por todo el mundo y “siempre que salgo fuera, hablo de Talavera”.
Y no se olvidó tampoco de los malos momentos al recordar que como karateca “estuve más de veinte años perdiendo”, sin olvidar que “te dan la espalda en el equipo nacional”. También ha tenido duras vivencias personales: “Con 17 años me llamaron para el Centro de Alto Rendimiento, pero decidí volver con mi madre” por el cáncer que sufrió.
Pero “luché día a día por mi sueño”. Y tras la consecución del Mundial, el siguiente reto es, lógicamente, los Juegos de Tokio de 2020 y casi con apuesta incluida con su paisano y piragüista Francisco Cubelos, “para traer a Talavera las primera medallas olímpicas”.