Extraños por lo inusual. Raros por las circunstancias. Muchos toledanos se han sentido así durante el primer fin de semana sin la obligatoriedad de llevar mascarilla en los espacios abiertos, siempre que se mantenga metro y medio de distancia interpersonal o se transite con personas convivientes.
La verdad es que la entrada en vigor de esta nueva medida ha sido tomada con mucha precaución en la ciudad, y especialmente en el Casco, tanto por vecinos como por visitantes. Las estrellas calles de la zona histórica, junto a las aglomeraciones de turistas que se han vuelto a producir este fin de semana, no incitaban a quitarse la mascarilla a las primeras de cambio; al menos a los más prudentes.
Para muchos ha pesado la cautela, pero en el otro lado de la balanza también se ha podido ver a personas pasear al aire libre sin la mascarilla. La mayoría de ellos está respetando la distancia interpersonal, aunque sin duda el colectivo que menos acata esta norma es el de los más jóvenes, especialmente los grupos de adolescentes que durante el fin de semana suelen quedar en el entorno de Zocodover.
El ‘destape’ llega... con precauciónLa ciudad de Toledo está registrando en las últimas semanas una incidencia acumulada bastante positiva, aunque también es cierto que la mayoría de los nuevos contagios se están produciendo en gente muy joven.
Con todo, la medida de quitarse la mascarilla en espacios al aire libre parece ser que ha venido para quedarse. Muchos la agradecen y otros, aunque estén deseando quitársela, prefieren pecar de momento de precavidos.