Dos hechos ocurridos, en un caso, como consecuencia del incendio que sufrió Toledo capital el viernes y, en otro, simultáneamente al siniestro, han causado «mucha tristeza» al arzobispo de Toledo. Una es que nadie se ha acordado de las hermanas cistercienses que fueron evacuadas de madrugada y otra que mientras el fuego continuaba amenazando las viviendas de muchos toledanos en la Plaza del Ayuntamiento hubo un concierto festivo que duró hasta las 4:00 como si no pasara nada.
Si bien el incendio es un suceso «inevitable» del que no cabe culpar a nadie, don Braulio Rodríguez confiesa que le ha llamado «poderosamente la atención» que entre las personas que fue necesario evacuar por el peligro se encuentran unas monjitas «de las que nadie ha hablado», las hermanas cistercienses del monasterio de San Bernardo «que con sus carritos tuvieron que salir a las cuatro de la mañana y nadie ha hablado de ellas... y si hablaron de perros» (en realidad el jefe de Protección Civil las mencionó en el resumen de actuaciones que realizaron el lunes todos los cuerpos de seguridad locales que han intervenido para sofocar el incendio y atender a los afectados). Al arzobispo le parece muy bien que se hayan salvado los animales pero cree que el trato dado a las personas de las monjas, la escasa atención que se les ha prestado, «indica muy poco de nosotros».
En segundo lugar a Rodríguez le resulta llamativo que nadie tuviera la «sensibilidad» para anular un concierto programado en la Plaza del Ayuntamiento cuando unos cientos de personas estaban «pasándolo mal» a escasos kilómetros por culpa de las llamas.