Está la mujer inmersa preparando con todas sus fuerzas y ganas el Plan de Antitabaquismo que sin duda va a dar una vuelta de tuerca más a los fumadores y a la industria del tabaco y demás sectores afectados. No será fácil que a lo largo del tiempo que ocupe la legislatura y su mandato al frente del ministerio de Sanidad pueda elaborar una ley que afecte y abarque a todo el país. Me estoy refiriendo a la madrileña Mónica García Gómez, la médica anestesióloga titular del ministerio del que me hoy me ocupo.
Dice la ministra con respecto a la ley en ciernes que agradece a todos los sectores científicos y médicos la colaboración prestada y el razonamiento y datos aportados. "Que el barco se ha puesto en movimiento y no hay quien lo detenga, que no hay vuelta atrás". Incluso está dispuesta a legislar que para adquirir una cajetilla de tabaco haya que tener una edad determinada. Que quiere que seamos un país vanguardista en este problema como Reino Unido. Y servidor, que es un poco quedón con las frases y giros del lenguaje me he adueñado de ella.
Yo también me sumo y subo a ese barco y lo hago con mucho gusto. Incluso si tengo que pagar algo más por el billete. Quiero decir, que no hay que andarse con paños calientes en esto de la salud. Que no voy a entrar en datos y en las bondades y maldades que ocasiona el tabaquismo. El activo y el pasivo, ya se sabe Llevábamos años de retraso en este aspecto cuando durante el gobierno de Zapatero se promulgó la primera ley al respecto y años más tarde perfeccionándola. Una vez más diré, que posiblemente esta ley fuera de lo mejor que hizo el gobierno presidido por ese señor que dijo que "éramos hijos del viento" y no recuerdo cuántas sandeces más. Hablabas con diputados del PP para que lo llevasen al Congreso de los Diputados y no se atrevían. Pues miren ustedes, en política como en otros muchos campos hay que mojarse y arriesgar. Que cuando se hacen bien las cosas luego se agradece.  De momento, Mónica García está arriesgando y se ha reunido y consensuado en el corto espacio de tiempo que lleva al frente del Ministerio en cuatro o cinco ocasiones con todos los sectores implicados.
 Y espero que no la tiemble el pulso cuando tenga que prohibir el humo en las terrazas, en todas y sin trampas, como sucede ahora. Que si éstas tienen aperturas en los laterales, que si están cerradas, que si el dueño decide… Es tan fácil - se ve que muy difícil para algunos -, que cuando uno esté sentado en una terraza y sienta deseos de fumar, de la misma manera que cuando tenemos ganas de mear nos levantamos y vamos al servicio, hagamos lo mismo, pero actuando de otra manera.
Así, al menos, pasará a la historia como una mujer y ministra valiente que se preocupó por la salud y bienestar de toda la sociedad, no solo de los no fumadores, sino de todos. Y reflexionen y díganme si no proclamo la verdad. De modo que fuera humo de las terrazas y de donde resulte maligno.