Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Penosa suciedad de Talavera

07/05/2024

Hace unas cuantas columnas empecé mi escrito exactamente con las mismas palabras que utilizo hoy, si hago lo mismo en este momento es por la sencillísima razón que nada cambió respecto a lo que quiero exponer seguidamente, nada cambió en la ciudad. Nada. Talavera sigue muy sucia y francamente guarra que diría un castizo sin pelos en la lengua.
Creo que lo peor es que no aparece ninguna opción de cambio en el horizonte de la ciudad lo que significa un futuro infausto para nuestras calles. Y para nosotros.
He repetido en varias ocasiones anteriores que las normas que indican la manera de escribir estas intervenciones en los periódicos que llamamos columnas indican que deben tratar de un solo asunto, no es que yo pretenda ser más original o tratar tales normas como si me importaran un pimiento, parece que en la presente ocasión voy a transgredir un poco la norma, no por capricho ni con ánimo de tonta originalidad y todo este asunto de la falta de limpieza de Talavera, resulta que me preocupa otro asunto de la ciudad al que no encuentro ni el porqué ni la gracia, Quisiera incidir en que tras la reciente intervención en los jardines de El Prado, restaurado ciertamente, aunque en mi opinión escasamente mejorado. Confieso que finalmente no me gustaría representar el papel de Pepito Grillo eterno, lo que pasa es que no tengo otro remedio.
Un inocente paseo por los jardines de Talavera revela que uno de los ornamentos con los que contaba, esa especie de copas que coronaban las pequeñas columnas con azulejos de cerámica talaverana, que servían de recipientes para contener algunas plantas, han desaparecido. Creo que hay que esperar que sean repuestos  lo antes posible. De no ocurrir así siento mucho decir que las pretendidas mejoras del jardín quedarían en nuevo chasco y empobrecimiento para la ciudad y todo quedaría en un feísimo patinazo.
Casi tratando del mismo asunto, diría que desgraciadamente en la actualidad han avanzado a los puestos más altos de este tipo de malos hábitos por lo que me veo obligado a volver a señalar que nuestra ciudad, mi ciudad, parece que sin remedio ni solución alguna no es capaz de remediar semejante situación penosa.
Cuando estuve recientemente en Madrid comprobé que una ciudad de más de cuatro millones de habitantes estaba más limpia; sin embargo Talavera con ochenta mil sigue bastante sucia y seguramente resulta mucho más fácil de limpiar.