Un Atleti permeable

Diego Izco (SPC)
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Bate récords negativos defensivos en un curso en el que también ha olvidado competir lejos de casa

El rendimiento de Álvaro Morata está lejos del que ofreció en 2023 - Foto: Friedemann Vogel (EFE)

Hace unos días, Simeone expresó aquello de «ahora toca callar, seguir trabajando y saber que van a llegar las críticas». 'Lo segundo' no faltó: el Atlético acababa de perder con el Alavés (2-0) después de despedirse de la Champions en la debacle de Dortmund (4-2). En el mejor momento de la temporada, la peor versión. 

Sobre 'lo primero', sorprendieron negativamente las palabras de Rodrigo De Paul («En líneas generales, creo que ha sido una gran temporada»), un conformismo para que el aficionado medio del cuadro rojiblanco no está preparado. Pero no las de Savic al día siguiente, alguien con más experiencia en el club que sabe de qué va el oficio, que pidió al equipo «ser fuerte mentalmente para lo que viene». 

El Atlético de Madrid, para cumplir con tal exigencia y asegurar el billete de la próxima Liga de Campeones, necesita un cambio radical en la recta final. Sobre todo en defensa, donde el montenegrino es uno de los lugartenientes. Por primera vez en la 'era Simeone' (desde diciembre de 2011, cuando el 'Cholo' llega sustituyendo a Gregorio Manzano), el plantel ha encajado al menos un gol durante 12 partidos consecutivos: la peor racha databa de la 20/21, en la que frenó la sangría en ocho duelos. Nada que ver con aquel equipo pétreo, a veces impermeable, que recortó hasta la nada la distancia con el Real Madrid y el Barcelona en los tiempos de Messi y Cristiano; nada que ver, en definitiva, con el bloque solidario y agresivo que llevó siete trofeos Zamora a las vitrinas de sus porteros, Courtois (2) y Oblak (5). 

Los 63 tantos recibidos en la 23/24 (a falta todavía de seis jornadas para su conclusión) son la cifra más alta jamás recibida por un conjunto de Simeone en una sola temporada. Y la sensación en el colchonero medio es confusa, porque, por poner ejemplos recientes, no se cuajaron malos encuentros (en términos futbolísticos) ni en las semifinales coperas en San Mamés o en gran parte de la eliminatoria de Champions… pero los tres goles de Bilbao o los cuatro de Dortmund retratan a un equipo al que, por vez primera en 13 temporadas, le hacen daño con poco esfuerzo. 

 

Mal visitante

La depresión es comunitaria (Morata está negado frente al gol, Griezmann ha desaparecido, De Paul apenas sostiene al equipo…), pero es atrás donde el Atleti se desangra: «Esto puede acabar muy mal», afirmaba Oblak en Mendizorroza. Cada vez que sale del Metropolitano, donde se siente relativamente protegido, el bloque se echa a temblar. Solo en Liga, ha perdido la mitad de sus compromisos a domicilio (8 de 16, más tres empates y cinco victorias). En las campañas en que logró el títulocon Simeone, el Atlético de Madrid siempre había sido durísimo fuera de casa: tres derrotas de 19 partidos en la 20/21, cuatro en la 13/14. 

La comparación con estos dos cursos es también sangrante en cuanto a los goles encajados: 25 recibió en una 20/21 en la que dejó su puerta a cero en 18 de los 30 partidos; uno más, 26, fueron en la 13/14, en la que Courtois se fue sin dianas en 20 encuentros. Este curso ya son 38 los tantos (con solo seis jornadas por delante) y nueve las puertas a cero, curiosamente cuatro en el Metropolitano y cinco fuera. 

La principal labor de Diego Pablo Simeone desde el palo de Vitoria ha sido la de recomponer al equipo ante la 'gran final' de mañana: recibe al Athletic de Bilbao, su principal competidor por la plaza de Champions 'libre' (teniendo en cuenta que las de Real Madrid, Barça y Girona parecen ya adjudicadas). La última visita del cuadro de Ernesto Valverde (7 de febrero, ida de las semifinales de Copa) se saldó con un 0-1: una de las dos únicas derrotas del curso en casa junto al 0-3 liguero del pasado mes de marzo contra el Barcelona.