Partido feo del Illescas en la Isla Bonita (1-0)

J. M. Loeches
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Un penalti tumbó a un cuadro toledano que apenas pudo mostrar su imagen habitual frente al CD Mensajero. Mejoró en la segunda parte, aunque sin apenas crear peligro

El equipo toledano no dio la talla en tierras canarias - Foto: CD Illescas

No fue un partido bonito. Más bien feo en la Isla Bonita. El CD Illescas no consiguió salir nunca de la dinámica cansina del CD Mensajero, que se adelantó con un penalti y vivió de la renta sin conceder fallos al equipo toledano. Se mejoró en la segunda parte, pero sin fútbol ni corazón para, por lo menos empatarlo. Y eso que se pudo con una pena máxima parada por el portero local.

Minuto y medio tardó el conjunto de Pablo Nozal en aproximarase a la portería de Jacobo. Se le anticipó el portero. Se intentó imponer territorialmente, pero ni el campo ni el rival facilitaron la tarea. Se jugó poco, por los muchos parones.

La mejor ocasión hasta entonces la puso el CD Mensajero. Tana vio a Ale Martínez por el costado derecho. Su pase le dejó en un mano a mano con Joan Ramos bien solventado por el guardameta. Poco después, entre More y Mingo intentaron meterse en el área con peligro, pero sin conseguirlo.

El balón empezó a moverse de un lado para el otro sin nadie pudiera agarrarlo con decisión. El CD Illescas tenía el partido más o menos controlado, pero le faltaba asustar un poquito. Además, no podía descuidarse porque las salidas por el costado derecho le podían complicar la mañana en la isla Bonita.

Al final, las malas noticias llegaron por el lado izquierdo, en una internada velocísima de Juanda. Víctor entró demasiado fuerte, y acabó derribando al capitán rojinegro. El propio '3' se preparó para lanzarlo, y lo puso colocado abajo. Joan Ramos adivinó el lugar, pero estaba muy bien tirado. Era el minuto 27.

El conjunto toledano entró en una caraja tremenda. O espabilaba, o le podía llegar el segundo. En una pérdida por el centro, Malick se quedó prácticamente solo para rematar a portería. Lo hizo por encima del laguero de manera incomprensible.

Al CD Illescas le estaba costando salir con la pelota. A un ritmo lentísimo, fue imposible desquitarse del sufrimiento que le estaba suponiendo la presión del Mensajero.

No estaba nada acoplado el Illescas. Raro, raro, raro. Ni por dentro, ni por fuera. Ni en ataque, ni en defensa. Especialmente atrás. Todas las ocasiones de los locales llegaron en robos en zonas comprometidas. En los últimos minutos  de la primera parte, el cuadro sagreño por lo menos se acercó un poco más por el campo del Mensajero, pero sin hilvanar jugadas coherentes de ningun tipo.

Pablo Nozal cambió tres piezas de cara al segundo periodo. Salió el Illescas el control de la pelota y con mucha más electricidad. Sin embargo, fue el equipo canario el que gozó de la primera ocasión. Incluso marcó, pero el colegiado, aunque tarde, señaló falta sobre un defensor por parte de Tana, autor del lanzamiento.

El viento, ahora en contra, no facilitó en nada el ataque del CD Illescas. No se pudieron medir bien los centros. Al final, la oportunidad se presentó en otra pena máxima. El árbitro vio con claridad un agarrón a Mingo dentro del área en el minuto 60, y no se lo pensó: pena máxima. El goleador se topó con la manopla de Jacobo. Demasiado raso y flojo el lanzamiento.

Entre tanto, Collazo salió por Iker Bachiller como cuarto cambio. Se jugó poco en la segunda parte. El Mensajero paró lo que pudo. Le convenía. Nozal agotó el quinto cambio a falta de un cuarto de hora: Molina por Mingo. Luego movió ficha el Mensajero. La segunda parte tuvo una pinta horrible. El fallo del penalti impidió despertar al Illescas, Por contar una ocasión, Júnior puso un centro desde la derecha que Collazo remató mal con el interior.

No se dio por vencido el equipo toledano. Lo intentó ante un rival bien cerradito, que ya solo quería contragolpear. Se cumplieron los cinco minutos de descuento sin cambiar la dinámica del partido. Mejor pensar en el siguiente.

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