Francisco Muro de Iscar

MUY PERSONAL

Francisco Muro de Iscar

Periodista


Cataluña: elegir entre lo malo y lo peor

09/05/2024

Ignoro lo que va a pasar este domingo en Cataluña, pero me temo que los ciudadanos catalanes, que son los únicos responsables con su voto de lo que pueda suceder, tienen que elegir entre lo malo y lo peor. Y que, salga lo que salga después, la gobernabilidad en Cataluña va a seguir amenazada y sometida a los intereses de los políticos frente a los de los ciudadanos.

El panorama apunta a una posible victoria de los socialistas, insuficiente para gobernar y que además estará condicionada por los votos que necesita Sánchez para seguir en el poder en Madrid. Illa corrió a pedirle un acuerdo a Puigdemont y éste le ha dicho que no. Un partido "progresista" pidiendo apoyo al precio que sea a un partido de extrema derecha, xenófobo e independentista para hacer un "pacto de progreso". El lunes 13 todo puede ser diferente si Illa acepta el mandato de Sánchez y los dos ceden al chantaje de sus aliados. Si se lo piden, Sánchez le quita la Liga al Madrid y se la da al Barca de Xavi y Laporta.

Votar PSC es votar independentismo y abrir una puerta al referéndum de autodeterminación, aunque lo prohíba la Constitución. Ya pasó con la amnistía. Como ha dicho Nicolás Redondo, "ningún país democrático tiene un Gobierno que depende de una persona que será detenida si entra en España". ERC ha demostrado que no sabe resolver los problemas reales de los catalanes y su pésima gestión no puede disimularse bajo la bandera del "Madrid nos roba" y, aún menos, en los agravios económicos. Cataluña ha sobrevivido estos años gracias a los préstamos del Tesoro español a coste cero. Lo mejor que les podía pasar a los catalanes es que el fugado Puigdemont no gobierne y se retire de la política como ha prometido. Junts se disolvería como un azucarillo y eso ganaríamos todos.

En cuanto al PP, Vox y los restos de Ciudadanos, carecen de un proyecto para Cataluña y lo mejor que les podía pasar es que fuera necesaria una repetición de las elecciones, a ver si son capaces de hacer una alternativa sensata, constructiva y positiva no sólo para ese cincuenta por ciento de los catalanes que están hartos del chantaje independentista pero que no encuentran qué votar, sino para todos. Los ciudadanos catalanes lo tienen complicado pero son los que van a decidir qué quieren hacer con su futuro y con los políticos que les representan.

Dice el historiador Gabriel Tortella que "el separatismo catalán vive porque vive de la subvención del Estado español" y que muchos de los que piden la independencia "no la quieren realmente: saben que es un disparate y que sería ruinosa". Si siguen votando a quienes la reclaman o a quienes la pueden permitir, será porque han perdido el seny que hizo a Cataluña grande, diferente, creativa, emprendedora y prefieren encerrarse en sí mismos, empequeñecer sus metas y vivir en la cultura de la censura, la eliminación de todo lo español y la asfixia a las que les están llevando unos políticos sectarios e incompetentes. Añade Tortella que con el independentismo catalán "se podría acabar muy rápidamente si se dejara de subvencionar desde el Estado español, porque no sólo se financia toda la propaganda independentista, sino que a las fundaciones o asociaciones que combate en Cataluña esas patrañas se las asfixia o no se les permite actuar. No tiene sentido, añade, que el Estado español sostenga las escuelas catalanas en las que se elimina la enseñanza de la lengua española y se dice a los niños desde párvulos que España es una entidad artificial con un Ejército de ocupación. Solucionarlo sería tan fácil como hacer que las escuelas que no respetan la Constitución no reciban dinero del Estado español".

Hace ya muchos años que el Estado español abandonó Cataluña, entregó todo el poder y todas las armas, especialmente la educación, a los herederos de Jordi Pujol y dejó huérfanos a más de la mitad de los ciudadanos de Cataluña. De aquellos barros, estos lodos. Ahora, los catalanes deciden.