El Cristo Redentor es a la Semana Santa toledana como el anillo al dedo que está hecho a su medida. Encaja a la perfección. Sin levantar la voz ni copar de novedades anuales su procesión, la hermandad que representa a Jesús con la cruz sobre sus hombros realizó su recorrido habitual llenando los cobertizos de público pese a las ligeras gotas de lluvia que recibieron durante su recorrido.
A las 23:30 horas no había lluvia ni gran amenaza de que apareciera, por lo que la presencia del Redentor por las calles no llegó a peligrar. Los pies descalzos de muchos de sus hermanos iniciaron un camino lleno de gente a las puertas de Santo Domingo y prácticamente no encontraron una sola calle de la ciudad sin ojos que los miraran.
Más fotos:
En silencio, solo con el sonido que dejaba su tambor desafinado, su tradicional campana y los cantos en latín de los cofrades en varios puntos del trayecto alargaron una procesión que alcanzó de nuevo los Cobertizos a altas horas de la madrugada. Junto a sus característicos faroles y hábito blanco y negro procesionó el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves.