El Real Madrid se impuso ayer al Deportivo (5-1), por lo que los blancos continúan a ocho puntos del Barça antes de enfrentarse al clásico, mientras que los gallegos se quedan a dos puntos del descenso. El equipo blanco se tuvo que rehacer después de que los blanquiazules se adelantaran, pero supo hacerlo y no le pasó como en pasadas jornadas.
Mourinho salió de inicio con sorpresas. Xabi Alonso y Arbeloa descansarían por primera vez, así que Modric y Khedira formaron el doble pivote, jugando Sergio Ramos de lateral derecho. Pocos dudaron de que fuese un mal momento para reservar al centrocampista, pero los rumores comenzaron cuando el Dépor marcó el primero. A los 16 minutos de partido, Riki se aprovechó de un desajuste defensivo entre Pepe y Varane para plantarse solo ante Casillas y batirlo por bajo.
Los locales volvían a verse con el marcador en contra y los nervios no tardaron en aparecer. Mourinho no se sentaba ni un segundo y el cuarto árbitro llamaba la atención al banquillo blanco una y otra vez.
Además, el conjunto visitante se creyó que podía sacar algo positivo del Santiago Bernabéu y adelantó sus líneas, algo que le acabó costando caro, porque los blancos no tardaron en empatar.
Di María encaró a Manuel Pablo al borde del área y el defensor le hizo una falta que Ayza Gámez decretó como un dudoso penalti que Cristiano no desaprovechó para equilibrar la contienda.
El empate cambió radicalmente el choque. Los gallegos se volvieron a echar atrás, mientras que los ‘merengues’ buscaron la remontada por todos los medios.
El portugués quería el protagonismo y buscó con ahínco su segunda diana, pero no estuvo tan acertado como en otros comienzos de temporada y Aranzubía se interpuso en su camino en varias ocasiones. Sin embargo, el cancerbero vasco no consiguió detener a Di María, que ponía el 2-1 en el minuto 38, aprovechándose de un rechace propio y del despiste de la zaga gallega.
El encuentro fue otro y el Real Madrid quiso más. Los blancos acecharon la portería de Aranzubía y lograron el tercero antes del descanso, gracias a un nuevo desajuste de la defensa blanquiazul. Sergio Ramos se coló dentro del área intentando batir sin éxito a Aranzubía, pero Cristiano fue más rápido que los zagueros y cabeceó para mandar el balón al fondo de la red.
El 3-1 con el que el partido se fue al intermedio determinó cómo iban a ser los segundos 45 minutos. Mourinho supo que el rival iba a tener poco margen de reacción, así que continuó con sus rotaciones, dando acceso a Kaká.
El brasileño jugó sus primeros minutos de la temporada en un partido oficial de liga y no lo desaprovechó. Además, sus compañeros eran conscientes de que tenía una nueva oportunidad de demostrar que puede ser el de antaño y lo buscaron una y otra vez.
El encuentro perdió en revoluciones en la segunda parte, pero el marcador siguió moviéndose. Pepe puso el 4-1 tras una falta botada por Xabi Alonso, a falta de 20 minutos para el final, y Benzema y Kaká buscaron el quinto de todas las formas posibles pero sería Cristiano el que conseguiría su primer ‘hat-trick’ de la temporada marcando el 5-1 definitivo, de nuevo desde el punto de penalti.
El Madrid afrontará el clásico ante el Barça con la moral alta.