Tradicionalmente el Consejo de Ministros se reúne los viernes, pero de haber aprobado ayer, domingo, el Plan Hidrológico de la cuenca del Tajo, no se hubiera podido asentar la ‘lámina’ de 400 hectómetros cúbicos (hm3) fijada en el borrador, pues las reservas de los pantanos de cabecera no superaban en el día de ayer los 900 hm3. Entrepeñas y Buendía deben de sobrepasar los 900 hm3 para que entre automáticamente en vigor la reserva mínima de agua de 400 hm3 (actualmente está en 240). Esta medida, por tanto, se implementaría en un plazo de cinco años.

Según las cifras extraídas ayer de la página web de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el embalse de Buendía, con una capacidad total de 1.639 hm3, se encontraba al 32,40% de su volumen, es decir, contenía 530,76 hm3. El de Entrepeñas, con una capacidad total de 835 hm3, se hallaba ayer a las 20,00 horas con un volumen de 344,94 hm3 (el 42,98% de su capacidad total). Ambas cifras suman 875,70 hm3, a 24,30 hm3 del los tan necesarios 900 para blindar el Tajo.

El pasado viernes, los dos pantanos sumaban 854 hectómetros cúbicos, según recogía la citada página web de la CHT. En apenas dos días, han incrementado su volumen en 21,70 hm3. De continuar lloviendo como hasta la fecha, podrían alcanzar los 900 hm3 en pocas horas.

No obstante, se prevé que el Gobierno apruebe el plan de cuenca del Tajo en el mes de diciembre. Para esa fecha, de alcanzarse los 900 hm3 y, por tanto, la reserva mínima de agua de 400 hm3, supondría la liquidación de los trasvases al Segura en años de fuerte sequía.

Trasvase cerrado. Poner una reserva de 400 hectómetros cúbicos en los pantanos de cabecera del Tajo habría supuesto en la práctica que el trasvase habría cerrado en los periodo de sequía que han asolado España en la historia reciente.

Sólo en la última década, el trasvase habría estado cerrado durante tres años y medio completos. En concreto, el grifo se habría cortado desde agosto de 2005 a abril de 2007, desde agosto de 2007 a enero de 2009 y desde septiembre de 2009 a diciembre del mismo año.

Durante todos estos meses, Entrepeñas y Buendía quedaron por debajo de los 400 hectómetros que ahora quiere fijar el Plan del Tajo.

En toda la historia del trasvase (desde 1979), el Tajo-Segura no habría funcionado durante 77 meses por estar debajo de los umbrales de 400 hm3 en la cabecera del río. Esto se traduce en más de seis años sin derivar agua. Antes del cambio de siglo, se habría cortado el grifo de agosto de 1983 a abril de 1984, de julio del 93 a noviembre de ese mismo año y de julio de 1994 a diciembre de 1995. Aún así, habría que tener el cuenta que los datos de almacenamiento habrían sido diferentes sin el trasvase.

Entrepeñas y Buendía registraron sus picos más bajos de reservas en octubre de 1995 cuando tocaron fondo con 127 hectómetros, el 5% de su capacidad. Estas cifras se produjeron cuando ni siquiera el Tajo-Segura establecía un mínimo de reserva de 240 hectómetros cúbicos, una medida que data de 2001 -bajo el Gobierno de José María Aznar- y que sigue vigente en la actualidad.

Para localizar los años en los que estos embalses acumularon más agua hay que retroceder a mayo de 1963 (veinte años antes de comenzar el trasvase). Entonces alcanzaron 2.296 hectómetros, el 92% de su capacidad. Estas cifras quedan muy lejos del pico de almacenamiento que alcanzaron Entrepeñas y Buendía en la última década. Son minoría los años en los que se han superado los 1.000 hectómetros cúbicos entre los dos embalses. El mayor registro de los últimos diez años es del 24 de abril de 2011 cuando se alcanzaron los 1.305 hm3.

En el último año los embalses de cabecera han ido perdiendo agua. En enero de 2012, ambos pantanos acumulaban 1.040 hm3. En marzo de 2013 bajaron hasta los 681 hectómetros cúbicos. La media de los últimos cinco años se sitúa, según el Ministerio, en 818 hm3. Las lluvias de estas últimas semanas han logrado sumar 193 hm3.