La inscripción de los Usillos

C.M./Toledo
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La rehabilitación de un inmueble en el callejón de los Usillos ha propiciado la aparición de una inscripción elaborada en el siglo XVII. El patio que, además cuenta con dos yeserías y dos aljibes, puede deparar sorpresas en el estudio arqueológico

Esta es una «casa perdida». Joaquín López realiza esta afirmación inmediatamente antes de entrar en la vivienda que, ubicada en el Callejón de los Usillos, está siendo intervenida por el Consorcio dentro de su plan de ayudas a la rehabilitación de viviendas. Indicó esta característica, el arquitecto responsable del proyecto, porque suele ser habitual que ciertos inmuebles que no cuentan con algún tipo de protección -ya sea patrimonial o ambiental- a veces no constan en los catálogos urbanos.

Eso a pesar de que, ya en la entrada del zaguán, la inscripción ‘La reina de los cielos’ recibe al visitante que, curioso, se aventura a pasear por el lugar. Sin embargo, esta casa típica oculta a los ojos de los turistas por encontrarse en lo que actualmente es un callejón sin salida, se presenta como un inmueble «prototipo» de una ciudad que, por suerte, continúa deparando sorpresas en sus recovecos.

En esta ocasión, y puesto que la tarea encomendada se está centrando en la actuación en fachadas, cubiertas, solados e interiores del patio, la arqueóloga responsable del seguimiento de la obra, Elena I. Sánchez Peláez, ha descubierto una inscripción que parece conservarse en todo el patio en buen estado.

Aunque todavía es pronto para confirmarlo, a la vista de los ejemplos hallados en las catas realizadas, todo hace indicar que esta inscripción -bellamente decorada, lo que denota de la buena mala de sus autores - se haya mantenido bajo la fina capa de yeso que, hasta la fecha, la ocultaba.

De momento, y a la espera de su presencia completa, la arqueóloga considera que pudo ser creada en el siglo XVII, fecha en la que «se realizó una reforma» destinada, entre otros aspectos, a proteger las estructuras de madera existentes en el patio». Por tratarse, eso se cree, de una continuación de la situada en el zaguán, lo más probable es que «esté escrita en castellano» y esté relacionada, como es habitual, con el culto religioso.

El espacio intervenido cuenta, además, con la existencia de dos yeserías -una en al alzado su del patio y otra en el alzado oeste- coetáneas de la inscripción «a pesar de que se asemeja a la lacería mudéjar», y de sendos aljibes de los que, aseguró el arquitecto, se eliminarán los escombros, se consolidarán y se tratarán. Por supuesto, las yeserías como la inscripción serán restauradas.

Por conservar, este patio, en bastante buen estado sus estructuras de madera, la actuación fija una «intervención mínima y muy respetuosa» enfocada al tratamiento de la misma y, en las zonas en las que sea necesario, su reposición. Y es que era habitual que en siglo XX, en este tipo de inmuebles, sus propietarios tapiaran la zona de barandillas con el fin de protegerse del frío y de, en algunos casos, ampliar sus viviendas. Lo bueno, en Usillos, es que la barandilla se conserva casi en su totalidad, por lo que la mano contemporánea apenas va a notarse.

Esta intervención integral, en la que el Consorcio ayuda a los propietarios a mejorar el interior de estos edificios subsanando, ante todo, los problemas de humedades derivados de la mala situación de las canalizaciones y las bajadas de agua desde las cocinas y los baños, no ha sido menos en esta ocasión. De hecho, además de la reposición y mejora de las cubiertas y de las fachadas interiores -con la consiguiente reposición de las carpinterías-, se unificarán todas las instalaciones que ahora se encuentran a la vista sin orden ni concierto.

el ‘secreto’ del sótano. Susceptible de limpieza, reposición de solado y tratamiento de humedades, tal y como relata el proyecto firmado por Joaquín López -adjudicado a la empresa ‘Gestión y Ejecución de Obra Civil’ por 191.399,36 euros-, el inmueble posee un sótano abovedado en el que la arqueóloga todavía no ‘entrado’, por lo que «avanzar algo sería atrevido».

Sin embargo, y aceptando la prudencia de Elena I. Sánchez, se hace lógico plantearse la posibilidad, por estar este sótano en esa zona concreta del Casco, de que pudieran aparecer restos anteriores al citado siglo XVII. Esto es, no es arriesgado aventurar que pudieran conservarse -dada su cercanía con la calle La Plata y sus hallazgos- elementos romanos, lo que todavía no se puede precisar ya que las labores en este sótano no han empezado.