Asalto al cementerio de Cedillo del Condado con la sustracción de más de una treintena de cristos que adornaban varias sepulturas en el Campo Santo. El robo se produjo la semana pasada, aunque todavía se desconoce exactamente el día, ya que fue el viernes día 18 de enero por la mañana cuando un vecino que iba a visitar la tumba de un familiar llamó alertado porque le habían sustraído el adorno de la lápida. Así, el propio alcalde acudió hasta el lugar y se pudo comprobar que no era la única sepultura afectada. Se fotografiaron una a una, y se dio aviso con la correspondiente denuncia tanto a los agentes de la Policía Local como al puesto de la Guardia Civil de Villaluenga de la Sagra.
El regidor de Cedillo, Luis Andrés Martín, lamenta lo sucedido, en una localidad donde en los últimos meses los amigos de lo ajeno se han llevado hasta las tapas de registro del alcantarillado. Desgraciadamente, indica, no se sabe quien o quienes han podido hacer semejante robo, sobre todo, en una zona con tanto valor sentimental, aunque las causas son claras: la posterior venta de estos artículos. Y no son los únicos afectados, ya que, recuerda el alcalde, hechos similares se han producido en localidades vecinas como Cobeja.
Al menos no se han provocado destrozos en las lápidas, tan solo la sustracción de estos cristos, ya que no se han llevado ni letras ni otros adornos y tampoco el alumbrado de las farolas, ya que están soldadas. Ante todo, la más afectada ha sido la zona nueva y en la antigua, dice Martín, han robado en seis enterramientos.
Hasta el momento, el cementerio de Cedillo del Condado no tenía horario de visitas, ya que permanecía abierto porque hay mucha tradición diaria de visitar a los difuntos y se permitía el libre acceso sin importar el horario, ya que había mucho tránsito. Ahora, explica Martín, desde este robo, se ha marcado un régimen de visitas: de nueve de la mañana a ocho de la tarde. Sin embargo, sabe que el horario limitado puede no ser una solución a estos robos, ya que, indica, las paredes del Camposanto «son bajas» y pueden acceder por ahí si quisieran volver a delinquir. «Vamos a tener que poner barreras al campo», decía Luis Andrés Martín, quien tenía seguro que estos artículos finalmente iban a ser llevados por los ladrones, previsiblemente a chatarrerías.
Y es que el regidor lo tiene claro, se seguirá robando este tipo de piezas y otras «si el producto tienen salida», «mientras haya gente que lo compre o pague al final el problema va a persistir», lamentaba. Y es que hoy en día hay quien sigue colaborando con estos robos, al adquirir posteriormente el producto pese a saber que es robado. Se trata, asentía Martín de «dinero fácil» y lo único que esperan es que estos hechos no se vuelvan a producir, ni en el cementerio, ni en otros puntos de la localidad ya que desgraciadamente en Cedillo se están acostumbrado a «convivir» con ellos.