«La red de Ciudades Patrimonio de la Humanidad tiene menos dinero y, por tanto, hay menos promoción». La crisis también ha dejado sus efectos en el sector turístico, como aseguró ayer el profesor Joaquín García, durante la ponencia que ofreció en la Facultad de Humanidades de Toledo. En este sentido, hizo hincapié en que las localidades que forman parte de esta red tienen que estudiar cómo captar a un público joven, al turismo de familia y también adaptarse a las personas que presentan algún tipo de discapacidad. «Hasta este momento no habían tenido muy en consideración a los jóvenes».
Toledo y Cuenca son las dos ciudades que forman parte de este grupo si bien la celebración del IV centenario de la muerte del Greco marca las diferencias. En este sentido, apuntó que «la colaboración global e importante entre las administraciones, fundaciones y patronatos junto al patrimonio» han dado lugar a un acontecimiento «muy potente» que, no obstante, «también ha sido posible por todo el dinero invertido». Así, resaltó que Toledo ha contado con una respuesta «tremenda» en número de visitantes y ensalzó la importancia de que el resto de ciudades «aprendan de la planificación y marketing que ha habido en Toledo, hay que invertir para recoger».
También recordó que Castilla-La Mancha vivirá otro evento importante en 2015, cuando se cumple el IV centenario de la publicación de la segunda parte de ‘El Quijote’. «Si esta vez se ha conseguido que todas las corrientes turísticas pasen por Toledo, ahora hay que lograr que con Cervantes pasen por el resto de la región».
No obstante, el profesor centró su intervención en el antes y el después de Cuenca como Ciudad Patrimonio, un título que consiguió en 1996 y que, aseguró, «vino a corroborar el esfuerzo del gobierno central de aquel momento con el nacimiento de centros de gestión». Sin embargo, la crisis rompió la tendencia entre la administración e instituciones locales con la desaparición de la Fundación Turismo de Cuenca, que se rompe con el cambio de gobierno en 2011 y que repercutió en el cierre de centros orientados al turismo, en la caída de visitantes y pérdida de población. En el otro lado de la moneda situó la llegada del AVE Madrid-Valencia.