El arqueólogo Vasilis Tsiolis, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Castilla-La Mancha, abrió el segundo de los seminarios de otoño de la Facultad de Humanidades con una ponencia titulada ‘De tablillas, rollos y fibras vegetales: el libro en la Antigüedad’, primera de un ciclo que proseguirá hasta el jueves que viene en torno al libro a través de la Historia de la humanidad.
En ella explicó los problemas metodológicos a los que se enfrentan los historiadores de los primeros soportes escrituarios, fundamentalmente la coexistencia de distintos tipos de materiales arqueológicos -desde las tablillas de arcilla hasta los papiros, a los que posteriormente sustituirá el pergamino de animales- en un arco cronológico muy amplio, que comprende bastantes siglos. El profesor Tsiolis explicó a los alumnos de Humanidades las distintas teorías que manejan los especialistas para justificar la aparición de la escritura, desde causas religiosas hasta motivaciones políticas, pasando por necesidades de carácter administrativo.
«Estas últimas suelen ser la hipótesis más extendida: la necesidad de perpetuar y ampliar la memoria natural de los seres humanos», algo que se traducirá en la antigua Mesopotamia en el registro de su gran riqueza material y en la identificación de los territorios que constituían los límites de las antiguas ciudades-estado.
«También hubo motivaciones religiosas y políticas, relacionadas con la necesidad de fijar la memoria de los gobernantes del pasado. La complejidad de este asunto es grande, puesto que mostrar los hechos destacados no solamente consiste en fijarlos a través de la escritura, sino que, hecho esto, haya lectores que interpreten el mensaje preservado».
El arqueólogo habló de las miles de tabletas de arcilla que se han conservado procedentes de la antigua Mesopotamia y explicó brevemente las características de la escritura cuneiforme, originada a partir de la antigua escritura pictogramática, basada en la representación de las formas visuales de los elementos (serpientes, aves, montañas...). Recorrió el legado de sumerios, acadios y asirios para centrarse a continuación en el foco de Ugarit (en la actual Siria), uno de los principales focos culturales del Mundo Antiguo y el origen de corrientes de pensamiento que, en el terreno de lo religioso, cristalizarán posteriormente en el Antiguo Testamento y las teogonías griegas.
Tsiolis, que abarcó a continuación las culturas prehelénicas y la aportación de Egipto y Grecia en forma de papiros, explicó durante su ponencia piezas monumentales tan importantes como el Código de Hammurabi (hacia el XVIII siglo antes de Cristo), junto a estas líneas, uno de los principales referentes escrituarios de la Antigüedad. La aparición del papiro y su elaboración técnica, así como los primitivos formatos del ‘libro’ anteriores a la aparición de los códices de encuadernación lateral a los que hoy estamos acostumbrados (fundamentalmente, rollos como los encontrados en las tumbas del antiguo Egipto), fueron también temas abordados por el conferenciante.
Al finalizar la ponencia de este profesor de Humanidades, uno de los grandes especialistas en arqueología termal que hay en España, comenzó ‘Escrito sobre piel: libros en pergamino’, de la profesora María José Lop Otín, directora de este seminario de otoño. La también profesora de la Facultad de Humanidades presentó el resto de las conferencias y destacó que los libros como tema de estudio componen un campo tan amplio que podrán volver a ser analizados en futuras ediciones de los seminarios, desde sus diferentes formatos hasta las características de su ornamentación a lo largo del tiempo.
El vicedecano de la Facultad de Humanidades, Rafael Villena, expresó por su parte que estos ciclos de conferencias continuarán celebrándose a pesar de los recortes, puesto que constituyen un complemento muy importante para la formación de los alumnos. Con respecto al ciclo que acaba de comenzar y que proseguirá hasta el próximo jueves -la convocatoria de mañana se retrasará un día debido a la convocatoria de huelga general-, Rafael Villena destacó la importancia del patrimonio bibliográfico, «extremadamente frágil y difícil de conservar, y mucho menos visible que los monumentos para la mayoría de la sociedad».
El vicedecano insistió especialmente en la idea de estudio y conservación del patrimonio, ámbitos por los que la Facultad de Humanidades de Toledo está apostando intensamente, junto con la gestión cultural, a través de uno de los postgrados de referencia de la Universidad de Castilla-La Mancha.