Menos campos que hace diez años

Sergio Miguel
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La demolición del Carlos III acabó con uno de hierba natural, otro de tierra y el de fútbol 7

Menos campos que hace diez años

Que Toledo no esté a la altura del resto de capitales de provincia en terrenos de juego era algo que se sospechaba. Pero la Ciudad Imperial no puede compararse ni consigo misma hace diez años. O seis, incluso. Porque ahora tiene menos instalaciones exclusivas para fútbol que en 2006, cuando se decidió demoler el estadio Carlos III y sus campos anexos.

Se trataba de un lugar emblemático, donde se habían criado equipos como el Santa Bárbara y florecieron canteras que han dado grandes futbolistas a los equipos de la provincia, como la del Soliss, posteriormente retomada como Odelot Toletum.

El Carlos III contaba con un campo de hierba con gradas y una pequeña tribuna que daba un gran servicio a equipos como el juvenil del CD Toledo. Asimismo, pegado se encontraba un pequeño campo de fútbol 7 y, cruzando la carretera, uno más de medidas reglamentarias, también de arena.

Con estos dos campos reglamentarios más el de fútbol 7, Toledo podía presumir entonces, en el año 2006, de tener siete campos exclusivos de fútbol más otro de dimensiones reducidas que daba un gran servicio a las categorías de base. Sin duda, un panorama envidiable comparado con la actualidad, aunque ahora todos sean de césped artificial.

Y es que, teniendo en cuenta cómo está el césped artificial de campos como El Arroyo, la Escuela Central de Educación Física o el Anexo al Salto del Caballo, no se puede sacar pecho. El único verde que se salva es el del Polígono, que tiene apenas dos años de antigüedad. En cuanto al estadio, el único terreno de juego de hierba natural, está cedido en exclusividad al CD Toledo y también ha dado pie a comentarios sobre el estado de su piso, puesto que lleva unos veinte años sin cambiarse.

Menos campos. Con el derribo del Carlos III y sus anexos, Toledo pasó en 2006 a tener dos campos menos de un plumazo, sin contar con el de fútbol 7. Esta pérdida, aunque se haya instalado césped artificial en El Arroyo y el Polígono, no se ha reparado y escasea este tipo de instalación en la ciudad.

Asimismo, en las pistas de atletismo de la ECEF y de Santa María de Benquerencia se ha jugado al fútbol, pero la utilización de ambas por parte del rugby hace que el terreno quede inutilizable para el balompié. Por tanto, dos espacios menos.

Así se encuentra Toledo. Cada vez con menos campos y más clubes, canteras y ligas municipales a las que abastecer. Y todo por no querer cubrir el vacío que en su día se provocó tirando abajo a un símbolo del fútbol toledano.