Han sido doce meses de trabajo, diez órganos y más de 10.000 tubos que limpiar, rehabilitar y afinar. Instrumentos musicales de los siglos XVI-XVIII que volverán a sonar en homenaje al Greco. La Tribuna asistía ayer a una de las sesiones de trabajo para ajustar siete de los diez órganos con los que cuenta la Catedral Primada y que este sábado serán los auténticos protagonistas en la primera batalla del IV Centenario que tomará como base de la improvisación el Aleluya Mozárabe de Toledo. Los organistas Paolo Oreni y Phillipe Lefevre serán dos de los encargados de hacer sonar estos monumentales instrumentos, verdaderas obras de ingeniería realizadas hace siglos.
Tras atravesar la puerta del coro, escondida entre la sillería alta de Alonso Berruguete y Felipe Bigarny, la imponente trompetería del órgano monumental de Berdalonga obliga a reflexionar sobre la majestuosidad del arte de siglos pasados, de la arquitectura y de la ingeniería que ahora recuperada volverá a cumplir una de sus funciones, la de deleitar al público que el próximo mes de mayo asista a las tres batallas de órgano programadas por la Fundación Greco 2014.
Frente a él, en la nave de San Cristóbal, se encuentra el órgano de Echevarría de 1755. El tratamiento al que se ha sometido a esta pieza se ha centrado en su recuperación sonora, pues como explicaba el guía encargado de acompañar al equipo de este diario en la visita a los órganos, este de Echevarría no sonaba desde el siglo XIX.
Dos de los realejos recuperados y que antaño se tocaban en el cortejo eucarístico del Corpus. - Foto: David Pérez Este órgano fue entonces el más grande de España, con unos 3.000 tubos que forman la imponente trompetería, aunque unos años más tarde, en 1798, la Seo Metropolitana sumaba un nuevo órgano a su patrimonio, el de Berdalonga (para algunos autores el apellido se escribe con ‘v’) que siempre ha estado en uso, de hecho, es el que suena, por ejemplo, en los pontificales y fiestas grandes del templo primado.
Sus alrededor de 5.000 tubos rendirán homenaje al Greco junto a la armonía de cuatro realejos y del órgano del Emperador, el más antiguo conservado ya que data del siglo XVI, aunque con posterioridad se le han añadido varios registros, pero su concepción original, aquella de la época de Carlos V, se mantiene viva en esencia.
Teclas de marfil y ébano. Si la trompetería impone, con tubos de hasta 5 metros de longitud que dan un sonido de 52 palmos castellanos, mientras que el tubo mínimo tiene tan sólo 1 centímetro, el teclado doble de este órgano del XVI llama la atención por su ejecución en marfil y ébano con la técnica artesana de la taracea, tan cosechada en Granada y legado de la presencia árabe en Al-Ándalus.
El autor Alberto Merklin describió este órgano con todo tipo de detalles en la edición de su libro ‘Organología’ de 1924. Tal y como escribía entonces este musicólogo el del Emperador cuenta así con dos teclados manuales de 45 teclas, con octava corta, y 13 teclas dobles en el pedalier, es decir, los tonos naturales con todos los sostenidos.
Esta pieza se alimenta a través de seis fuelles que ahora usan un motor eléctrico y que se conservan como si los siglos no hubiesen pasado. Y es ahí donde también se ha realizado una importante labor de recuperación y ajuste, pues se ha logrado insonorizar el motor eléctrico para que el sonido de este instrumento monumental sea lo más limpio posible.
Los órganos de la batalla. En las batallas de órganos que comenzarán este sábado, y que se repetirán con improvisaciones y organistas diferentes los días 17 y 31 de mayo a las 20,00 horas en la Catedral Primada se podrán escuchar y ver hasta siete órganos diferentes.
Junto a los dos principales del coro, también se han puesto a punto el órgano del Emperador y cuatro realejos que se encontraban en diferentes capillas, como la Mozárabe, la de la Virgen del Alcázar, la de Reyes Nuevos y la de la Virgen del Sagrario, patrona de Toledo. Esta cita será uno de los grandes acontecimientos musicales del año.