‘Despacito y con buena letra’ solía decir el refrán en referencia a la caligrafía, pero en el juzgado de lo Mercantil no vale esta recomendación porque no tienen tiempo para ‘florituras’ con el volumen de entrada de asuntos y la saturación que sufre desde hace años. La situación no mejora y las necesidades de este órgano cada vez son más urgentes a pesar de que cuenta con un juez de refuerzo, que entran menos concursos que en los años más intensos de la crisis y se ha repartido la competencia de algunas materias.
Aun así, el Mercantil mantiene ahora mismo la carga de trabajo de más de cinco juzgados. Así se desprende de una reciente inspección realizada en el juzgado en enero. El juez decano de Toledo, Juan Ramón Brigidano, titular de este órgano, señala que la creación de un juzgado exclusivo para la materia mercantil -incluso uno bis- mejoraría el colapso actual, pero se trata de una medida que solicita desde hace años sin resultados.
En principio, el Mercantil está asumiendo un 530% de trabajo, unas cifras desorbitadas que van en aumento año a año. Desde 2011 supera el 300% de la carga aconsejada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), según el estudio que realizó en 2012. Los datos suelen ser fríos, pero en este caso indican claramente la lucha titánica de un juzgado por sacar adelante el mayor número de asuntos posible y ofrecer una respuesta adecuada como servicio público.
Lo cierto es que el Mercantil, que comparte esta materia con la propia de un juzgado mixto, necesitaría seis años y seis meses para dar salida a todos los asuntos, siempre que no entrara ninguno durante ese periodo, según la estadística que acaba de publicar el CGPJ del último trimestre de 2015. La pendencia se redujo a finales de año respecto al tercer trimestre, que indica que harían falta 8,1 años para dejar a cero el juzgado.
Esta pequeña bajada pasa desapercibida si se compara con la actividad en el ámbito nacional, ya que los niveles de pendencia de los 90 juzgados de lo Mercantil son de un año y cinco meses. Y si se analiza la pendencia de otros juzgados, el Penal tardaría cuatro años y siete meses en resolver todos sus asuntos, los de lo Contencioso-Administrativo, dos años y nueve meses; y los de lo Social, un año menos.
Por tanto, esta bajada trimestral es insignificante para el juzgado Mercantil de Toledo, ya que la carga de trabajo se sigue agravando en general. Brigidano explica que esta caída de la pendencia de octubre a diciembre de 2015 sólo puede analizarse respecto al trimestre anterior y obedece a una serie de modificaciones aprobadas que han permitido, por ejemplo, que las demandas por las claúsulas suelo dejen de ser competencia exclusiva del Mercantil y pasen a los juzgados de Primera Instancia e Instrucción.
Por tanto, ahora el juzgado número 1, que también asume la carga mercantil, sólo ingresa las demandas del partido judicial de Toledo. Y lo mismo ocurre con los concursos presentados por personas físicas, ya que ahora la ley permite que estos asuntos también los tramiten los juzgados mixtos.
Pese a todo, el juez decano insiste en la escasez de recursos y en la delicada situación de la Administración de Justicia. También reconoce la sobrecarga y la constante dilación en los procedimientos en los juzgados de lo Social, de lo Penal y de lo Contencioso-Administrativo por la falta de inversión del Ministerio de Justicia y las restricciones presupuestarias desde hace años.
Brigidano continuará informando de las necesidades y pidiendo soluciones, pero, de momento, el Mercantil tendrá que conformarse con disponer de un segundo juez para repartirse la materia entre ambos. También el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJ) eleva al Ministerio de Justicia todas estas carencias con cierta frecuencia.
Más datos. Los procedimientos concursales siguen entrando con frecuencia y su tramitación suele ser larga y compleja. En el año 2015 se presentaron 69, siete menos que el año anterior. Se trata de un número abultado aunque las cifras se han reducido considerablemente comparadas con 2011, 2012 y 2013, con 123, 144 y 157 concursos respectivamente. No obstante, exigen tanta dedicación que terminan retrasando la resolución de otros muchos asuntos.
El informe del CGPJ contempla que aún hay 1.495 asuntos en trámite, pese a que entre octubre y diciembre se resolvieron 225, treinta asuntos menos que los que se ingresaron. Estas cifras demuestran la importante capacidad resolutiva de los magistrados, del secretario judicial y de los funcionarios.