Antonio López: «Nuestro trabajo es solitario, muy absorbente y obsesivo»

A. Díaz
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Antonio López imparte estos días en el Museo Municipal de Albacete el séptimo curso de la Cátedra Extraordinario Ciudad de Albacete, que hoy se clausura. El genial pintor y escultor comentó a La Tribuna  sus impresiones sobre este taller y su próxima exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Una exposición importante la del Museo Thyssen.

Es una exposición del grupo de amigos, figurativos, de la misma generación. Creo que somos siete. Se ha hecho ya en muchos lugares, creo que la primera en el año 1970 en Alemania y, desde el año 70, se ha hecho en muchos lugares ese tipo de formato. Esta es la última, en un lugar más relevante, más importante.

Podremos volver a ver Lavabo y espejo.

Sí, esa estuvo en el Reina Sofía, en el año 93 y también en varias exposiciones mías. En la última que hice en el Thyssen, en Madrid, no la prestaron. Esa obra está en Boston y en ese momento la habían prestado para otra exposición y no estuvo, ahora viene aquí porque es una obra mía muy representativa, pero como no me pertenece, hay que pedirla y no siempre te la prestan.

¿Aporta mucha obra a Realistas de Madrid que se inaugura el 9 de febrero?

Es una exposición colectiva y yo no soy el que lleva más trabajos. Creo que lleva más Isabel Quintanilla, pero no lo sé seguro; también Paco López, Julio López.

¿Podría ser algo parecido, salvando las distancias, al futuro Museo de Arte Realista?

No hay que pensar en eso, porque creo que casi nada de lo que va a ir a esta exposición es nuestro, empezando por ahí.

Imagino que será muy complicado preparar una exposición con obra de Antonio López.

Es un poco complicado, porque tengo poca obra propia, eso es lo que lo complica, no otra cosa. Si yo tuviera mucha obra, como otro pintores, no sería nada más que hacerla salir de casa, pero tengo pocas cosas. No sé en qué proporción, pero aquí, casi todo es prestado. De Mari la mitad quizá sea nuestro, porque estos años hemos ido comprando cosas, según han ido saliendo al mercado, y la mitad, por lo menos son nuestras. De los demás hay de todo, pero los escultores, casi siempre tienen la posibilidad de llevar, al menos una escayola de su trabajo, pero los pintores no tenemos de cada trabajo nada más que ése y si te quedas sin él, ya lo tienes que pedir.

Es curioso que un pintor tenga que recuperar su obra.

No lo sé. Tenemos una forma de trabajar que no es la usual. En general, el pintor de nuestra época hace una obra muy numerosa y tiene obra para vender y guardársela, y no es nuestro caso.

Es significativo que considere tan interesantes estos talleres, cuando podría estar tranquilamente en su estudio.

Si el taller fueran cuatro meses, no lo haría, pero el año tiene cincuenta y tantas semanas. Yo, de esas que dedico a mi familia y a mí, tres se las dedico a los amigos, a personas que me importan, y a estar en compañía de esas personas; es una proporción muy pequeña. No es estar en la enseñanza, como estuvo mi tío, que eso era una barbaridad de tiempo.

En todo caso, la tarea docente es muy esperada.

No la considero una tarea docente, no lo tomo así; es una reunión de pintores que durante unos días están juntos. Ellos pintando y charlando sobre nuestro trabajo. A mí me vale como desahogo, como descanso de mi trabajo. A mí me vale mucho. Es un cambio, porque nuestro trabajo es muy solitario, muy absorbente, muy obsesivo y, de vez en cuando, hay que salir de ese círculo obsesivo al mundo exterior y este es un buen motivo para hacerlo.

Pensamos en la Cátedra como un paréntesis para pintar el natural, como destacó.

Durante unos días está bien volver a esto; cuando la gente se marcha y están en su sitio, hará lo que quiera, pero en estos días está bien trabajar así, es como hacer una especie de ayuno para purificarse. Es voluntario, el que no quiere tampoco viene, porque no todos los pintores creen eso, claro.

Advierte siempre esa comodidad con este formato de Cátedra.

A mí, me gustan todas las Cátedras. Son extraordinarias por la parte que hay de personas con talento, porque si hay 25 aquí, hay 10 con talento, eso ocurre en todas las Cátedras y esos son los que me hacen volver;luego hay otro número de personas que se suman. No pueden tener los 25 talento, si fuera así, el mundo estaría lleno de personas extraordinarias, y no es así en el mundo del arte, para nada. Siempre, no en el taller, en cada generación, hay un grupo de gente que son los que salvan a esa generación, el resto son personas más comunes, qué le vamos a hacer, son hijos de Dios también.

¿En el mundo del arte también se intuye esto?

Pero es algo que no es de esta época, esto viene de muy atrás. La sociedad, hace ya siglos que quiere ser engañada, no busca la verdad, ni en la religión, ni en la justicia, tampoco en el arte. Hay unas personas que sirven a esa sociedad que no buscan la verdad, que hacen el juego a esa sociedad que está corrompida, aunque la corrupción de la sociedad no es una cosa de esta época nuestra, viene de muy atrás.

Recordaba sólo hace unos días que todo lleva su tiempo.

El tiempo puede ser muy variable de unos a otros. Van Gogh podía hacer un cuadro en un día; yo en general no. Cada cosa lleva su tiempo, también en la naturaleza, el trigo se hace en unos meses y el olivo tarda en hacerse años.

Como apuntaba con los proyectos, hay que saber esperar...

Hay que saber esperar, porque además, no hay más remedio.

Es como una filosofía de vida.

Claro, si no aprendes eso, estás perdido, hay que saber esperar.

Ahora todo se hace con rapidez, también parece que en el arte, ¿se hace necesaria esa visión?

Bueno, el tiempo rápido también es tiempo. Cada cosa lleva su tiempo y un día son también muchas horas. A lo mejor hay un arte que se hace de una manera instantánea, es que hay mucha variación en todo eso, pero cada cosa lleva su tiempo, eso es verdad y no hay que mirar tampoco si el tiempo de otros es más corto o más largo. Tú tienes que mirar a ver qué tiempo necesitas para hacer tu trabajo y eso tienes que respetarlo.

¿Puede estar en función de la visión del arte, de la pintura?

Mira, Rubens iba rápido, y Leonado, lento. Comparándolos entre sí, uno iba más rápido que el otro y en la naturaleza también hay animales más rápidos que otros..., qué le vamos a hacer. No son términos comparativos, no hay que compararse con nadie; tú necesitas lo que necesitas y tienes que intentar armonizarte con todo eso.

Es usted un español universal que demuestra su profundo amor cuando habla de su tierra.

Me importa mucho, es la tierra que más me importa, por decirlo de alguna manera. No sé si es la que más me gusta, pero es la que más me importa.

¿De ahí su interés porque nuestra región, nuestra provincia, crezca en infraestructuras culturales?

Depende de ella. Yo creo que la sociedad tiene lo que desea de verdad. Si no lo tiene es que, a lo mejor no lo desea de verdad y no todas las sociedades tienen las mismas necesidades. A lo mejor, en ciertos momentos hay otras prioridades y eso hay que respetarlo.

Parece que cuando se habla de crisis, sufre el arte.

No necesariamente, hay sociedades que han puesto muy en valor la cultura, el arte, la literatura, la escultura, la pintura y otras, no se sabe por qué, no le han dado tanta importancia, se la han dado a otras cosas. No todas las personas necesitan lo mismo y hay personas que viven en Madrid y no van nunca al Museo del Prado. ¿Por qué no van al Museo del Prado cuando está para todos?, hay gente que no lo necesita. Siento más que baje el nivel de ciertas cosas de la vida que antes eran muy altas, y que ahora no lo son tanto. Esa degradación, esa decadencia de las cosas muy básicas para la vida, siento mucho que eso haya ocurrido, no solamente en la Mancha, en el mundo en que vivimos, que ha crecido mucho por un lado y, por otro, ha menguado.

Nunca se ha inscrito su trabajo en un movimiento concreto, ¿otra seña de identidad?

No, creo que hay una familia de pintores que no es que no deseen inscribirse, es que trabajan de una manera que está fuera de movimientos concretos, hay muchos pintores que son así; no soy una excepción. No han sido ni surrealistas, impresionistas o abstractos, han trabajado en el territorio fuera de un estilo muy concreto, muy definido; no son hiperrealistas, hay muchos así.

¿Piensa aún que una obra no se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades?

En el mejor de los casos, ese recorrido se hace; otras veces, es que te cansas de trabajar en esa pintura o se te agota el entusiasmo. Hay muchos motivos para que una obra no llegue al final. El motivo que tú dices es cuando todo va muy bien, cuando sigues muy interesado y todo está a punto, el modelo vuelve, tú puedes volver al modelo y llega un momento en que ya te has agotado totalmente, eso de vez en cuando pasa, es fantástico, quiere decir que has llegado al final de la aventura y eso ocurre también, pero no siempre decides tú el final. Hay veces que el final está fuera de tu voluntad, porque el natural desaparece, porque la flor se marchita, porque el modelo no vuelve, por muchas cosas, cuando se trabaja dependiente del mundo real, que puede dar un giro y quedarte sin el tema.

¿Le dejan sus múltiples compromisos tiempo para pintar?

Sí, es mi oficio, es mi profesión y se puede decir que dedico mi vida a eso. Cuando vives en Madrid, el tiempo, cuando te descuidas, se te va, pero estoy muy atento para salvar el trabajo en la pintura y poder seguir ejerciendo, elaborando mis pinturas y esculturas; seguir produciendo cosas, para mí es muy importante eso, y lo puedo seguir haciendo, a pesar de las dificultades. Yo trabajo con muchas dificultades, desde siempre; no con dificultades, con unas características que complican el trabajo. No soy un pintor que se mete en el estudio, todo lo lleva en la cabeza, con independencia del mundo exterior, como pueda ser un pintor abstracto, aunque habría que hablar con ellos para ver cuáles son los problemas que tienen, pero el mundo del arte es de una enorme complejidad, muy complicado, porque tiene que juntarse el talento del que lo hace y la comprensión de los que lo miran; que todo eso combine, es casi un milagro, pero esos milagros se dan, por eso existe el arte, siempre, nunca ha dejado de darse.