Los casinos sociales florecieron en España en las primeras décadas del siglo XIX como un lugar de esparcimiento para los paisanos de la época. Hay testimonios todavía en las poblaciones de estos lugares de concordia donde se juega a las cartas o se ven los partidos de fútbol casi dos siglos después. Forman, por tanto, parte del patrimonio de las localidades que han conservado estas instituciones con el paso de los años y de las modas, ahora pendientes por ejemplo de las apuestas deportivas. El Ayuntamiento de Añover de Tajo ha reparado en la valía del Casino ‘La Unión’ y ha echado una mano a la cincuentena de socios veteranos aferrados a un pedazo de sus vidas.
De este modo, el Consistorio ha adquirido la sede social, ubicada en el número siete de la calle Doctor Gómez Ortega, y acaba de terminar unas primeras obras de reparación que ha supuesto una inversión de 5.000 euros, con la ayuda de los Planes de Empleo financiados por la Diputación. El alcalde, Alberto Rodríguez, subrayó el interés del equipo de Gobierno de «conservar esa esencia» adquirida por el paso de las generaciones de añoveranos. Y agrega: «Es una manera de conocernos a nosotros mismos».
El edificio fue construido en el año 1940 en una finca de 520 metros cuadrados y tiene una superficie cubierta de 602 metros cuadrados, 420 de ellos en la planta baja y 182 en la primera planta. El valor catastral del inmueble alcanza los 115.092,25 euros. El acuerdo entre el Consistorio y los socios fija que estos últimos pueden usar el salón de la planta baja por un periodo de 20 años ampliables, aunque, previo aviso, el Ayuntamiento podrá hacer uso de él para actividades culturales. El resto se reservará tras las reformas para fines también culturales y sociales. Además, el equipo de Gobierno se ha comprometido a pagar los gastos corrientes del edificio.
por la guerra civil. El ‘Círculo Recreativo La Unión’ fue constituido al principio con el nombre de ‘Casino de la Unión de Añover de Tajo’, pero dejó de funcionar por la Guerra Civil. No obstante, fue reabierto con el nombre actual en 1953. Como asociación, se registró en 1978 con el propósito de «estimular y estrechar entre los socios los vínculos de solidaridad y favorecer la cultura mediante conferencias, así como proporcionar distracciones y recreos tolerados por las leyes y las buenas costumbres».
Los 50 socios, presididos por Pedro Carmena, acuden al edificio ubicado en el centro del municipio para charlar, jugar al billar o a las cartas, tomar algo y seguir los partidos de fútbol. A cambio, pagan diez euros al mes. Con el convenio alcanzado con el Ayuntamiento, se olvidan de los avatares económicos, aunque deben mantener un número mínimo de afiliados para seguir usando las dependencias.
El Ayuntamiento quiere que se produzca un relevo generacional paulatino en el Casino y supondrá un lugar para que los jóvenes disfruten de «actividades alternativas». Para ello, acometerá diferentes reformas en el interior del inmueble para lograr aprovechar al máximo las instalaciones, unos trabajos que se ejecutarán despacio y sin una fecha prevista de momento.