El Síndico de Cuentas de la región ha hallado en las cuentas del Consorcio que gestiona el Parque Arqueológico de Carranque un agujero de casi 800.000 euros. Esto equivale a más del 90 por ciento de su presupuesto anual, estimado en 897.500 euros. Así se recoge en un  informe del principal organismo contable de la Comunidad sobre la gestión de los consorcios culturales controlados mayoritariamente por la Junta entre los años 2009 y 2010, al que ha tenido acceso este medio.

En concreto, el agujero detectado por el Síndico se halla en el llamado remanente de Tesorería, la resta, al dinero que tiene en caja en Consorcio y lo que le deben, de lo que a su vez debe pagar a otros. Este remanente da un resultado negativo de 763.382 euros «pues no existen derechos pendientes de cobro, y las obligaciones pendientes de pago superan en el importe citado los fondos líquidos existentes», apostilla el órgano censor.

Esta falta de tesorería es el principal ejemplo práctico de la deficiente situación del Consorcio del Parque carranqueño. El síndico destaca que «las irregularidades de las cuentas anuales implican un elevado riesgo de falsedad de las mismas, así como de la existencia de una doble contabilidad». Añade que «su viabilidad está comprometida a corto y medio plazo».

Se vulnera la Ley de Hacienda.

El organismo también cita entre las «graves irregularidades» en el Consorcio que «se vulneran los principios generales de la Ley de Hacienda Regional», además de que «se incumplen las normas aplicables en materia de contratación del sector público» y «no constan registros internos que reflejen la situación de la tesorería».

El Sindico también refleja las dificultades que ha tenido que vencer para elaborar el informe del Consorcio carranqueño, que no ha remitido la información solicitada. Por ello, ha debido acudir a los datos de cuentas que el Consorcio enviaba a los registros centrales de la Junta.

De esto, ha deducido que el Consorcio sólo es capaz de generar el 16 por ciento de los ingresos   de su presupuesto. El resto corresponde a una aportación anual de 712.500 euros de la Consejería de Educación y Cultura.

En cuanto a los gastos, el Síndico remarca que el Consorcio no se restringe a cumplir con las partidas presupuestarias consignadas, como manda la Ley de Hacienda Regional, sino que reconoce «obligaciones por cuantía superior a los créditos definitivos».

En las cuentas del Consorcio del Parque Arqueológico, se resalta que en el año 2009 Tragsa (empresa pública de trabajos de campo del Ministerio de Agricultura) facturó al Parque 1,2 millones de euros por un «encargo con carácter obligatorio». Sin embargo, el Sindico repone que Tragsa no puede ser considerada como un servicio técnico del Consorcio, por lo que no existía la obligación de darle en encargo.

Sólo en el ejercicio de 2010, el Síndico detecta un desfase de más de 200.000 euros entre los 843.669 euros reconocidos como ingresos y los 1,05 millones de gastos. En estos últimos, 45.209 euros corresponden a personal y  611.159 a otros gastos corrientes, mientras a un genérico ‘otros’ se destinan 400.000 euros. Esta última cifra se identifica después con un pasivo financiero consecuencia del contrato con Tragsa.

El Consorcio del Parque Arqueológico de Carranque fue constituido en mayo de 2003, estando controlado en un 75 por ciento por la Junta y su Fundación Cultura y Deporte, quedando el resto en manos de la Administración Local.

Un «horror» presupuestario más.

El portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Leandro Esteban, aseguró que el Ejecutivo regional buscará responsabilidades tanto en las irregularidades detectadas por el Síndico de Cuentas en el Consorcio del Parque Arqueológico de Carranque, como en el resto de empresas y organismos públicos en los que el Síndico ha destapado una mala gestión.

Esteban dijo, en la rueda de prensa para informar de los asuntos aprobados por el Consejo de Gobierno, que el informe del síndico «es un nuevo capítulo de la galería de los horrores presupuestarios y de los disparates heredados por el Gobierno socialista, a los cuales tenemos que hacer frente y sobre los que todavía ningún dirigente socialista ha pedido perdón, más bien todo lo contrario, quieren seguir formando parte del problema».