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Los responsables de la Iglesia Evangélica de Toledo han remitido una carta al alcalde en la que afirman haberse sentido «discriminados y humillados» durante el funeral de Santiago Maestre el pasado 7 de febrero. Su secretario, Andrés López, explica que la intención de la familia era hacer un funeral al fallecido al que acudían 150 personas. Pero se les negó el acceso a la capilla, y se les mandó a una sala en el crematorio, con tan sólo 29 sillas, sin megafonía, calefacción, ni higiene. ¿Cuál es la causa? Al parecer, el párroco responsable de la capilla del tanatorio se negó a que hubiera una ceremonia en la misma que no fuera católica y llegó a amenazar con «precintar» el tanatorio. López, se pregunta por sus derechos y si es normal que ocurran estas cosas en un estado aconfesional, donde hay libertad de culto y conciencia. Desde la Iglesia Evangélica se señala que hasta ahora nunca habían tenido problemas en Toledo para hacer funerales en el tanatorio. A su juicio, la sala tiene que ser aconfesional. La familia del fallecido ha presentado una hoja de reclamación en la Junta de Comunidades, en la que pone en evidencia que solicitó una sala para ciento cincuenta personas, y por orden de un sacerdote católico se les mandó a una sala con capacidad para cincuenta y sin aire acondicionado.
IU se ha hecho eco de esta situación, y ha denunciado «el trato discriminatorio de un servicio público como el tanatorio municipal hacia algunos colectivos de la ciudad». Recuerda que el tanatorio es una concesión administrativa de un bien de dominio público de titularidad municipal, y va a pedir la apertura de un expediente a la empresa.
Explicaciones. El máximo responsable del tanatorio, José María San Román, ha salido al paso de la polémica para aclarar que nadie ha querido ofender a la comunidad evangelista, y que se la ha tratado como a los miembros de cualquier otra religión. Hasta ahora, no se había dado ningún problema de este tipo en la ciudad. El conflicto se produjo cuando los familiares pidieron realizar el funeral en la capilla católica, porque esta ha sido consagrada por el cardenal Cañizares. Los propietarios del tanatorio decidieron mediar y solucionar el problema como otras veces, trasladando el funeral a la sala multiconfesional del crematorio, una sala sin consagrar. Pero la decisión se tomó también, explica San Román, por respeto a las creencias de la familia, para que no tuvieran que estar en un templo de una religión que no es la suya.