«Lo malo de Toledo es que no tiene escuela de cante»

J. Monroy | TOLEDO
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El grupo malagueño Alhandal y el cantaor toledano Diego Mejías actúan esta tarde en un festival en la sala Thalía del Polígono. Será a partir de las siete y media de la tarde.

«Lo malo de Toledo es que no tiene escuela de cante» - Foto: David Pérez

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Diego Mejías es el último descubrimiento del flamenco toledano. Un joven cataor, que poco a poco se va haciendo un nombre en la ciudad, y del que ya se está hablando durante los últimos meses más allá de la Peña ‘El Quejío’.

¿Cómo empezó Diego Mejías en esto del cante?

A mí me gusta el flamenco desde que tenía dieciocho años. Empecé escuchando Camarón y terminó por engancharme el flamenco. Poco a poco me ha ido gustando más. Empecé con la Peña ‘El Quejío’ y mi primo, Antonio Herrera. Entonces nos juntábamos y empezábamos a cantar; nos fue gustando y viendo que lo hacíamos bien. Lo que pasa es que dejé el cante un poco estancado, porque es muy complejo, y aquí no había nadie que me pudiera enseñar. Recuerdo que conocí en la Peña a María de Toledo, y ella iba a estudiar a Madrid, pero yo con esa edad y sin trabajo, no podía ir allí a pagar una clase con un dinero que no tenía. Entonces, hace tres o cuatro años, cuando he estado un poco más estable y con un trabajo, me he dado cuenta que me gustaba y he pensado que podía ir a aprender. En el Tablao Casa Patas, una fundación que es un conservación, encontré dando clases al cantaor Paco del Pozo, que ganó la lámpara minera en 1996. Yo no quería ir todas las semanas, pero hablé con él y me dijo que fuera a su casa en San Sebastián de los Reyes. Llevo dos años con él y la verdad es que he aprendido mucho. Es un profesor muy bueno y he notado mucho el cambio. El año pasado ya hicimos alguna cosa en la Peña, en alguna sala de Madrid, y me presenté a un concurso de cante joven y quedé finalista. Y por aquí en Toledo lo último que he hecho es la Sala Thalía y la librería Taiga. Luego estoy haciendo cosas con el guitarrista que nos acompaña a las clases de cante con Paco, Adrián, que es un alumno del conservatorio de Casa Patas. Dio la casualidad que conocí a un percusionista, que se llama Ginés, y nos hemos juntado también. Conocimos por medio de Adrián a otra chica de Fuenlabrada, Estrella, que baila y tiene el Grado Superior de Flamenco. Así que juntándonos llevamos un tiempo preparando bailes y aprendiendo juntos, y lo estamos disfrutando. Estuvimos hace poco en Alameda de la Sagra, en el Pub Lemon, y también en el Margot en Toledo. En definitiva, estamos haciendo actuaciones, y a la vez seguimos estudiando y aprendiendo. Ahora se ha presentado este concierto con el grupo de Málaga, Alhandal, que hace rock, pero también versiones de Camarón y Triana.

¿Qué tiene preparado para el concierto de esta tarde en la sala Thalía?

Nosotros vamos a hacer un poco de flamenco. Queremos intercalar cante con guitarra y percusión, con tablao de baile de flamenco. Queremos empezar con una malagueña. Luego haremos una soleá por bulerías, todo integrado. Luego bulerías de Cádiz. Y queremos hacer también un cante por seguidillas, cante por colombianas y un baile por peteneras. Vamos a acabar también con tango, a final de fiesta, para acabar con baile. Lo que queremos hacer es ir intercalando, porque si no, estar bailando todo el tiempo también es muy duro. Lo vamos a hacer así más ameno, y también así Estrella se cambia de ropa y se prepara. Iba a venir Juan Ignacio, pero justo le ha salido una actuación con Manuel Gerena.

¿Es asidua la colaboración con Juan Ignacio?

Los días 1 y 2 del mes que viene, vamos Juan Ignacio, Ginés Pozas y yo al IFestival de Flamenco de Consuegra, en el que ya están confirmados varios artistas. Estaremos dos días allí. La verdad es que con Juan Ignacio también vamos haciendo las cosas que van saliendo. Hay que tener que él está a un nivel bastante alto y si le llaman para otros sitios, se va. Pero como somos del barrio, colabora con nosotros cuando puede.

¿Hasta qué punto llega su implicación con el flamenco?

De momento, esto es una afición, una cosa que me gusta mucho, y quiero seguir aprendiendo. Yo también tengo mi trabajo, en el hospital de celador, y es el que me da una estabilidad que, de momento, no me da el flamenco. Si el día de mañana me diera una estabilidad mayor, sí me gustaría dedicarme al flamenco. Pero de momento mi intención es seguir disfrutando y si me salen cosas y las puedo compatibilizar con mi trabajo, seguiré adelante.

Al margen de Juan Ignacio y María de Toledo, ¿están surgiendo más artistas de flamenco en Toledo?

La verdad es que sí. Hay un chaval que se llama Carlos que tendrá veinte años y canta también. Los más altos ahora son Juan Ignacio y María de Toledo. Pero en percusión está Ginés Pozas, que lo está haciendo muy bien, y está por tablaos por Madrid y colaborando con Juan Ignacio. También hay un chaval que se llama Diego, que toca el saxo y hace colaboraciones con flamenco. Y también está Carolina, que canta, y está en Parla en una escuela flamenca, y también lo hace muy bien. Todos ellos estuvieron en el festival de la Peña.

Entonces, ¿hay escuela?

El problema que tiene Toledo es que no tiene escuela, sobre todo de cante. Porque de guitarra y de baile sí que hay cosas. Pero de cante no hay. No hay nadie que haya apostado por montar algo de cante flamenco. Entonces, la gente que nos gusta o que queremos aprender, tenemos que salir fuera. Pero se aprende trabajando. Al final es currar mucho e ir a sitios donde la gente te puede enseñar, que es Madrid de Momento.

Y además del Festival de Consuegra, ¿cuáles son sus próximos proyectos musicales?

De momento mi idea, a parte del Festival de Consuegra, es seguir estudiando con Paco del Pozo en Madrid, seguir trabajando. Y me gustaría presentarme este año a algún concurso de flamenco, como el Concurso de Cante Joven, o al que hay cada año en Guadamur en junio. Lo importante de esto es que te conozcan y que la gente sepa que existes, y así te llaman para trabajar. Muchas veces el que te conozca la gente depende de que ganes algún festival para salir en los medios. Y luego estamos abiertos a lo que vaya surgiendo.