AVE a Talavera: un proyecto 15 años aparcado

Patricia Pérez
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Un 26 de abril del año 2001 se inicia la historia sin fin de la llegada de la alta velocidad a Talavera de la Reina. Ese día el otrora ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos anunciaba el proyecto con paso y parada en la ciudad de la cerámica; y desde entonces, un rosario de fechas, licitaciones, estudios, retrasos y la desesperación de políticos y vecinos han marcado casi los quince años que han transcurrido desde aquel anuncio. El proyecto enmarcaba a Talavera en el corredor Madrid-Extremadura, pero los distintos planes nacionales, primero el Plan Nacional de Infraestructuras de Aznar y luego el Plan Estratégico de Transportes de Zapatero, no consiguieron dar concreción a la iniciativa. Ni concreción, ni dotación presupuestaria clara, ni agilidad en los trámites burocráticos. Nada de nada.

 Y es que los primeros años de la historia aglutinaron mucha ilusión pero pocos pasos. En 2003 la entonces presidenta del PP local, Carmen Riolobos, anunciaba que el AVE llegaría tres años después, en 2006, enmarcada en el trazado ferroviario Madrid-Cáceres; del mismo modo se creaba una Comisión de Seguimiento del proyecto. El silencio, la inactividad y la derrota de Aznar en las urnas sucedieron a la algarabía, y  ya con Zapatero en La Moncloa, la ciudad vivió uno de los primeros varapalos: en primer lugar, su tren no aparecía en el PEIT, el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte, ya que este documento demoraba al menos una década las infraestructuras previstas por el Gobierno de Aznar; pero además no se hablaba de AVE, sino de un ‘tren de altas prestaciones’ que no dejaba muy clara su característica principal, la velocidad. El debate empezó a virar hacia posibles reducciones presupuestarias encubiertas y  a aglutinar en una misma línea mixta el tráfico de viajeros y mercancías.

Llegó 2006 pero sin tren. La ministra de Fomento en aquel momento, Magdalena Álvarez, tuvo que confesar que el proyecto del AVE se encontraba atascado y con un notable retraso. Durante los años siguientes, el alcalde socialista del momento, José Francisco Rivas, se afanó en declarar que los presidentes Barreda y Zapatero garantizaban que en 2010 el AVE sería una realidad; sin embargo, el presupuesto estatal del año 2007 no contemplaba ninguna partida para la alta velocidad de Talavera, mientras que en el de 2008 tan sólo figuraron 1,9 millones de euros para la redacción del proyecto y el estudio informativo del soterramiento de las vías.

Un año después el ministro José Blanco, anunciaba en el Senado la licitación del proyecto constructivo del tren de alta velocidad a su paso por la ciudad, además de comprometerse con la Junta a que antes de finalizar 2009 estarían licitados  todos los proyectos del AVE que afectaban a la provincia de Toledo. De nuevo un anuncio que hacía vibrar a la ciudad pero que, tristemente, se quedaba en agua de borrajas, porque 2010 se acercaba inmisericorde sin noticias del tren.

Y pasó la fecha y continuó la niebla en el proyecto, eso sí, con nuevos anuncios; el primero, el de la redacción del proyecto por parte de Acciona Ingeniería por 1,25 millones. El segundo,  el rechazo del Senado a una moción del PP para incluir a Talavera en la red de nodos logísticos financiados por el Ministerio. Yel tercero, la presentación por todo lo alto de un proyecto estrella, la creación de una plataforma logística intermodal propiciada y financiada por la Junta y cuyo estudio de viabilidad se realizaría por algo más de 50.000 euros por Ineco (Ingeniería de Transporte dependiente del Ministerio de Fomento). El debate sobre la plataforma logística, tan avivado en las últimas semanas, ha eclipsado al del AVE, a pesar de la absoluta inmovilidad de proyecto.

El nuevo cambio de Gobierno estatal y la galopante crisis económica abre un nuevo capítulo en la historia del AVE en Talavera.  La inversión estatal se fija en 2012 en 864.000 euros para el inicio de diversos estudios y proyectos que se desarrollarían hasta 2015; en 2013 la aportación asciende a  921.000 euros y en 2014  apenas llegan a los 251.000. En abril de ese mismo año Bruselas da una nueva fecha para la finalización de las obras de la Alta Velocidad que incluye Talavera: 2017.

En noviembre de 2014, con motivo de la firma del protocolo de la Plataforma logística, la ministra de Fomento,Ana Pastor,  anunció que el estudio informativo del proyecto de AVE a Talavera estaba en marcha y  prevista su finalización en el primer trimestre de 2015. Eso sí, en los Presupuestos Generales para el presente año aparecía de nuevo, confirmando lo que años antes ya  planificó el Ejecutivo de Zapatero, que realmente el tren sería de ‘altas prestaciones’, un híbrido entre las líneas convencionales y las de alta velocidad.

Ni AVE ni altas prestaciones.

Sin embargo, en el horizonte próximo no hay altas prestaciones y mucho menos alta velocidad. El tramo Pantoja-Oropesa, que incluye a Talavera, apenas ha pasado de la fase preliminar de estudio informativo. De traviesas y obras nunca se ha llegado a saber nada y últimamente hasta parece que nadie cree ya que el trayecto más corto entre Madrid y Badajoz pasa necesariamente por Talavera. La inmovilidad del tramo toledano del corredor extremeño del AVE contrasta con la actividad en la comunidad vecina. En algunos tramos, la obra, ralentizada hasta el aburrimiento por una inversión pública por goteo, se encuentra ya en la fase final y aunque en el gestor de infraestructuras ferroviarias, ADIF, nadie se atreve a decirlo en voz alta, parece que las obras de la línea de alta velocidad entre Madrid y Extremadura acabarán por utilizarse para que circule un tren de altas prestaciones que se limitaría a conectar entre sí las capitales extremeñas.

El abandono por parte de Portugal del proyecto para conectar las dos capitales de la Península Ibérica ha contribuido decisivamente al desinterés de España por completar el corredor extremeño llevándolo hasta Madrid. De hecho, Talavera no ha llegado a hacerse con un puesto en los mapas oficiales de la alta velocidad, en los que se la ha omitido por sistema.  

Por el camino se ha quedado también el debate político y ciudadano y la planificación urbanística que optaban por una estación urbana del AVE y por el soterramiento de las vías. Con el abandono de la alta velocidad se certificaba además el fracaso del Plan de Ordenación Municipal vigente. La gran apuesta del documento urbanístico pasaba por aprovechar la liberación de suelo que supondría el soterramiento para situar en ese costado de la ciudad el área residencial que absorbería su crecimiento. Otro sueño olvidado, tras varios años de estancamiento y leve declive de la población.