Adolfo de Mingo
La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo ha propuesto al Ayuntamiento que la fuente renacentista que recientemente ha sido trasladada de la Plaza del Consistorio debido a la instalación de la reciente fontana de la escultora Cristina Iglesias sea instalada en el patio del Museo de Santa Cruz. La corporación opina que el espacio actualmente previsto para situar la antigua fuente, los jardines del paseo de la Vega, no es el más adecuado por suponer «un peligro para su integridad y tratarse de un lugar poco digno dado el estado en que se encuentra su entorno», según puede apreciarse en varias fotografías alojadas en su página web, www.realacademiatoledo.es. En ellas puede apreciarse el deplorable estado en el que se encuentra el monumento al compositor Jacinto Guerrero, sucio y recubierto de pintadas.
La opinión de la Real Academia está basada en la moción recientemente presentada en pleno por uno de sus miembros numerarios, el historiador del arte Juan Nicolau Castro, en donde se da cuenta «del singular valor de esta obra de arte, más propia para situarla en el interior de un edificio que en el exterior, expuesta al vandalismo».
Aunque no es posible confirmar ni el nombre de su autor ni su procedencia exacta -no fue instalada en la Plaza del Ayuntamiento hasta época reciente, por mucho que haya habido voces que han lamentado su retirada de este espacio de la ciudad como si así lo fuera-, Juan Nicolau la considera obra de un escultor «de la zona de la Liguria italiana», es decir, de las proximidades de Génova. Según recoge la web de la Real Academia, «se han estudiado relativamente poco las obras y los escultores genoveses que trabajaron para Toledo y aquí enviaron sus obras». Como ejemplos es posible citar varias obras de Juan de Lugano -a quien Nicolau ha estudiado y difundido a través de varios artículos, entre ellos el texto publicado en el número 71 del Boletín del Seminario de Estudios de Arte (BSAA) en 2005- y elementos tan reconocibles como las columnas y capiteles del denominado Patio del Tesoro del conjunto conventual de San Pedro Mártir, las columnas y capiteles del Seminario Menor (en su momento patio de Suer Téllez de Meneses, transformado en el siglo XVI por los condes de Cedillo) y muy especialmente la decoración marmórea de la Puerta de los Leones de la Catedral. Por otro lado, prosiguen los académicos, «no se debe olvidar el riquísimo monumento funerario del obispo fray Francisco Ruiz, del desaparecido monasterio de San Juan de la Penitencia, o el hecho de que piezas del mejor mármol de Carrara sin desbastar llegaran en gran cantidad hasta Toledo para realizar en ellas obras señeras como el sepulcro del cardenal Tavera, de Alonso Berruguete, o la Virgen de los Remedios de la fachada del Colegio de Doncellas Nobles, de Juan Bautista Vázquez».
Sea cual fuere su destino, la fuente renacentista que estuvo instalada en la plaza del Ayuntamiento (y en donde ya sufrió agresiones vandálicas como la pintada de los paneles de su vaso o la rotura de su vástago central, según puede apreciarse en la imagen de archivo que acompaña estas líneas) posee unos relieves magníficamente conservados. Estos cubren los ocho paneles de su vaso, decorado con los escudos nobiliarios, sostenidos por parejas de tritones, de un personaje que no ha sido posible identificar pero de quien se sabe que permaneció a la Orden de Santiago. También hay en ellos representaciones alegóricas de un río y una figura femenina apoyada sobre un cordero.