La instalación que la escultora Cristina Iglesias ha proyectada para la plaza del Ayuntamiento con motivo del IV Centenario del Año Greco se inaugurará el próximo 24 de abril, jueves. Para llegar a la ubicación definitiva de esta obra contemporánea con la que la artista establece un diálogo entre el pasado histórico de la ciudad y un nuevo paisaje acorde al siglo XXI han sido necesarios meses de trabajo previo, y por primera vez, se ha accedido con metodología arqueológica de última generación al subsuelo de la plaza, logrando así hallazgos de vital importancia para el conocimiento de la evolución de Toledo desde el siglo I a. C. hasta la actualidad.
Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, la intervención coordinada por el arquitecto Jesús Corroto, y dirigida en el ámbito arqueológico por Juan Ángel Ruiz, Javier Almarcha y Antonio J. Gómez ha permitido acceder, por primera vez, con metodología arqueológica de última generación, al subsuelo de la plaza detectándose evidencias de diferentes periodos culturales.
De todos ellos destaca la presencia de un rodadero-basurero alto imperial asociado a un profundo desnivel de la roca-base, así como el hallazgo de estructuras arquitectónicas de cronología tardorromana y la continuidad de estas casas, muy probable, en un momento visigodo o emiral (siglos VII-IX d. C.), además se han encontrado reminiscencias medievales islámicas y cristianas, así como bajo medievales.
Para preservar los restos, el equipo técnico ha tenido que modificar el proyecto inicial conforme a la normativa y en estrecha colaboración con Ignacio Álvarez, arquitecto municipal, y Juan Suardías, jefe del servicio de Obras de Infraestructuras, logrando que ninguno de los elementos arqueológicos conservados en el subsuelo de la plaza fueran dañados.
Entre esas modificaciones, tal y como ha conocido La Tribuna, se ha elevado y modificado la morfología de la cimentación realizando un cajeado en el encuentro con los hallazgos para que queden protegidos, además de alterar las dimensiones del depósito de compensación, para lo que se ha recurrido a una de las salas que ya existían bajo la plaza, adaptando también la arqueta general a los muros que se conservaban en el terreno.
Asimismo, los restos arqueológicos se han protegido con un geotextil, por lo que están desvinculados de la nueva construcción escultórica y con facilidad para su recuperación en futuras intervenciones.
El proyecto escultórico de Cristina Iglesias para Toledo va más allá de la plaza del Ayuntamiento, ya que contempla dos esculturas más en torno al agua. Una de ellas en el campus universitario de la Fábrica de Armas, en la Torre del Agua, y otra en el interior del Convento de Santa Clara. La propuesta cuenta con los apoyos de la Fundación Greco 2014 y la Fundación Artangel, y ha sido patrocinada por Acciona, Liberbank y un grupo de patrones privados.