Limpiar los residuos de amianto acumulados al otro lado de Vía Tarpeya, muy cerca del barrio del Polígono, podría costar más que el valor de las tierras en las que están acumulados. Recientemente, se ha conocido que la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha comunicado a una veintena de propietarios del entorno de Ramabujas que tienen residuos de amianto en su parcela y han de proceder a dar una solución técnica o gestionarlos con una empresa que esté acreditada para la tramitación de residuos con fibrocemento. A día de hoy, señala la Junta, son parcelas privadas con una acumulación de residuos, por lo que procede de parte de la administración notificar a los propietarios que tienen que llevar a cabo la solución.
Una solución que, de tener que abordarla en solitario, les puede costar muy caro a los propietarios. La Tribuna se ha puesto en contacto con una empresa especializada, la valenciana Amidesa, que hace ocho años ya estuvo evaluando en la zona. Su administrador, Daniel Salacer, recuerda que en los alrededores del Polígono había amianto mezclado con tierra y muchos conejos en la zona, excavando allí sus madrigueras. Hay incluso campos labrados de los que aflora el fibrocemento. Lo realmente peligroso es si existen amianto en estado friable, que se diluya en sustancias pequeñas. Se trata, por lo tanto, de «un problema gordo», de tierras contaminadas, que habrá que dejar en depósitos adecuados para mantener amianto, y de ahí llevarlas a un vertedero especializado, «pero eso vale más que la tierra».
Limpieza. Se trata de un proceso complicado, tanto por las salvaguardas legales, como por las necesidades de seguridad y la necesidad de encontrar material y un vertedero acondicionados.
En primer lugar, hay que ver qué cantidad de material existe. La Junta ha detectado hasta tres mil metros cúbicos en un lugar determinado, donde la Asociación de Vecinos El Tajo, que ha levantado la liebre, entiende que no es el de mayor acumulación. Salacer advierte que el amianto está muy mezclado con la tierra, por lo que ya será complicado dictaminar esto.
Después, por obligación legal, la limpieza se tiene que hacer con trabajadores especializados y material especializado, tal y como recoge el Real Decreto 396/2006. Hay que realizar un plan de trabajo para manipular el amianto, que esté aprobado por la autoridad laboral en Toledo y la Inspección de Trabajo, que han de determinar si reúne los condicionantes necesarios de seguridad. Debe aportar todas las garantías laborales de seguridad, y estudiar cada zona en la que se intervenga, que pueden ser muy distintas en este caso. Después podrá actuar la empresa especializada, que cuente con los permisos oportunos.
Se podría extraer el amianto o, en este caso, tratar toda la tierra en su conjunto, dado que están contaminadas y no se puede separar el material cancerígeno. Se tendrán que cargar de una forma determinada, contemplada en el plan de trabajo, en los contenedores especializados para llevar a un vertedero adecuado, y no hay muchos.
De forma que sacar un metro cúbico de tierra puede ser caro. Hay que sumar los estudios, permisos, material y trabajadores. Los vertederos también son caros. Hay muy pocos vertederos especializados, explica Salacer, y hacen pagar bastante por cada tonelada de residuos. En el centro de España, hay uno en Novés, otro cerca de Cuenca y otro en Moral de Calatrava.