La Subida y Bajada a los Torreones del Alcázar se está convirtiendo en una de las citas más atractivas del calendario atlético de Toledo. No en vano, se trata de una carrera peculiar y que, en el caso de la capital regional, se celebra en un entorno excepcional. De hecho, los turistas son los primeros sorprendidos cuando se ven inmersos en una competición mientras visitan el monumento.
Pero los que no se pudieron permitir el lujo de recrearse en el edificio fueron los deportistas que participaron en la prueba. Cada segundo cuenta en una competición que se acabó decidiendo en la jornada de ayer por un margen mínimo.
Y es que el favorito, Christian López, se tuvo que conformar con la segunda posición en la clasificación general individual. El ganador, Carlos Hernández, completó el recorrido en un segundo menos de tiempo que el de Cabañas de la Sagra, haciéndose con una victoria muy meritoria. Por detrás, en la tercera posición, finalizó Iván Baltasar.
Los tiempos de los tres primeros clasificados lo dicen todo y dan buena muestra de lo ajustada que estuvo una carrera en la que los atletas corren en solitario, saliendo uno por uno y luchando contra el cronómetro y los escalones. Así, Carlos Hernández completó la carrera más rápida en el único intento que se permite, con un registro de 3:55. A un segundo llegó Christian López mientras que Iván Baltasar acabó también por debajo de los cuatro minutos.
Un podio muy apretado en el que a Christian López, principal candidato al triunfo a priori, se le escapó la victoria porque perdió algún segundo al no reconocer alguna variación introducida por la organización en el tramo final. «Me ha costado adaptarme al recorrido respecto al año anterior y he tenido alguna confusión que me ha podido hacer perder algún segundo, pero la experiencia ha sido buena y espero mejorar el próximo año», indicó.
Y es que para él esta competición es «especial, muy peculiar y atractiva para cualquier corredor». Así, reconoció que «no podía faltar» en su calendario como especialista en las carreras verticales. En cuanto a sus próximos objetivos, la subida al Hotel Bali de Benidorm ya está en su punto de mira y espera mejorar su tiempo de anteriores ediciones, donde ha llegado a terminar séptimo.
Resto de categorías. Además de la general masculina, también se compitió en otras categorías en la Subida y Bajada a los Torreones del Alcázar. Así, en la individual femenina, Marta Molina se impuso a Analía Requena y Mireya Moreno. En júnior de chicos, Enrique Pérez fue el más rápido, mientras que en las pruebas sénior, Verónica Asensio se impuso en féminas, mientras que Alberto José Huertas doblegó a su hermano Carlos en la masculina. Los veteranos tampoco faltaron a esta cita y los triunfos, en las categorías femenina y masculina, fueron a parar a las manos de Auxiliadora Guerra y Rafael Ruiz.
Al igual que en anteriores ediciones, la organización también quiso brindarles a los atletas la oportunidad de competir por parejas. En este sentido, Iván Baltasar y Christian López cumplieron con los pronósticos para imponerse con solvencia formando un tándem que fue el único capaz de bajar de los cuatro minutos.
La mejor noticia de esta competición fue que volvió a contar con el respaldo de los atletas. Si entre la primera y la segunda edición ya se experimentó un aumento notable de los participantes, para la de esta temporada también se ha incrementado ligeramente la cifra de inscritos, acercándose a los 160, lo que indica que la competición goza de buena salud.
Todo ello aunque las condiciones especiales hacen que se deba adaptar la prueba con algunos tramos llanos o incluso de bajada, para cubrir una distancia de 940 metros, con 185 peldaños de subida y 215 de bajada para un total de 400 escalones.