Pérez Velarde reivindica a Tristán en su Toledo natal

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El conservador del Museo del Greco inició un mes cargado de actividades y que finalizará con un congreso codirigido por Fernando Checa, exdirector del Museo del Prado

Pérez Velarde reivindica a Tristán en su Toledo natal - Foto: Yolanda Lancha

Han pasado ya casi quince años desde la importante exposición que la Real Fundación de Toledo dedicó al pintor Luis Tristán (1585-1624), discípulo del Greco. La muestra, comisariada por Benito Navarrete y por el desaparecido Alfonso Emilio Pérez Sánchez, contribuyó a devolver a los toledanos un referente artístico por cuya recuperación ya apostó en su momento la Real Academia de Bellas Artes yCiencias Históricas, con la colocación de una placa en la Bajada del Barco y el propósito, fallido, de cambiar la denominación de esta vía del Casco Histórico por el nombre del pintor en 1924. Luis Tristán fue un artista que tuvo muy presente al Greco y que fue permeable a las innovaciones de la pintura italiana de su época, significándose como el gran referente artístico de esta ciudad a la muerte de su maestro. Museos de todo el mundo reivindican hoy su legado, del que afortunadamente se han conservado abundantes manifestaciones en esta ciudad.  

La reivindicación de la obra de Luis Tristán para los toledanos fue precisamente el objetivo de la conferencia que ayer impartió el conservador Luis Alberto Pérez Velarde, responsable del área de Colecciones del Museo del Greco. El historiador del arte, que subrayó la importancia de pintores como Pedro Orrente, Juan Bautista Maíno y el propio Tristán en un contexto dominado por la enorme importancia del Greco, esbozó la biografía del pintor y destacó especialmente la influencia de diversos pintores italianos que debió de conocer durante su viaje a Italia. Pérez Velarde citó figuras como Giovanni Baglione y Giuseppe Vermiglio, referentes de un naturalismo que es posible apreciar en la pintura de Tristán y cuyo gran referente en la Italia del momento era el célebre Caravaggio. Pronto se hicieron recurrentes en su pintura elementos como los característicos plegados de las telas y una particular aplicación de las sombras, que el conservador del Museo del Greco fue mostrando en diferentes obras de su catálogo, desde su abundante producción religiosa hasta retratos.

En pinturas como la Virgen de la Misericordia propiedad de la Diputación de Toledo planteó la dependencia compositiva con respecto a la famosa Virgen de la Caridad que el Greco pintó en Illescas. La vinculación entre Luis Tristán y su maestro fue a veces muy estrecha. En ocasiones, incluso es posible hablar de auténticas transliteraciones de la obra del Greco en Tristán, como el retrato delCardenal Niño de Guevara que se conserva en el museo dedicado al pintor en Toledo con respecto a la pintura original que atesora el Metropolitan de Nueva York.

Junto a estas líneas es posible encontrar una de las obras toledanas de Tristán, el San Miguel del convento de Santa Isabel, al que podrían unirse en Toledo otras representaciones de santos en el Museo de Santa Cruz (San Bartolomé) y en la Catedral (San Juan), pasando por pinturas como la de Santa María de la Cabeza (un Calvario), obra en Yepes y otros enclaves de la provincia de Toledo y Castilla-La Mancha.

El ponente incluyó durante la conferencia un repaso de las principales fuentes para el estudio del pintor, desde Jusepe Martínez, Palomino y Ponz durante los siglos XVII y XVIII hasta Ceán Bermúdez a comienzos del XIX y Bartolomé Cossío en los primeros años del XX. El gran estudioso del Greco, por cierto, le dedicó duras palabras a Luis Tristán llevado por su entusiasmo ensimismado en Domenikos Theotokopoulos. A las aportaciones realizadas durante el siglo XX y los primeros años del XXI, por cierto, habría que añadir alguna especulación a propósito de las relaciones entre Luis Tristán y la Dama del Armiño que, como en el caso del propio Greco, también sitúan al discípulo en un terreno de mitos y sombras que se van disipando poco a poco cada día.