j. m. | TOLEDO
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Los arqueólogos Ángela Crespo, Miguel Ángel Díaz, Sergio Isabel e Inés del Castillo forman un grupo designado como ‘Cota 667’ (El nombre alude a una posición militar de la localidad madrileña de Pinto) que desentraña los yacimientos militares de la Guerra Civil. Recientemente, exploraron un fortín republicano en Azután a petición del Ayuntamiento. Durante un mes, examinaron la infraestructura localizada en la comarca de la Campana de Oropesa para radiografiar este elemento que formaba parte del eje sur del Tajo, que se extendía desde Aranjuez hasta El Puente del Arzobispo.
Licenciados en Humanidades, excepto Miguel Ángel, titulado en Historia, tres de los componentes coincidieron en la Facultad de Humanidades de Toledo y han constituido finalmente una empresa especializada en la arqueología de la Guerra Civil, periodo de la Historia de España poco frecuentado por los expertos. Ángela, natural de Camarena, ha unido a los cuatro mediante la investigación de la tesis doctoral ‘Fortificación de campaña en la Guerra Civil española: cicatrices en el paisaje. Localización, documentación y estudio arqueológico a través de la ingeniería inversa’, dirigida por los profesores Juan Pereira, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y Mercedes Farjas, de la Universidad Politécnica de Madrid.
El grupo de investigación, formado en 2012 mientras estudiaban los restos arqueológicos de la Guerra Civil en el término municipal de Pinto, trabaja ahora en una posición franquista localizada en el término de Añover de Tajo, donde realizan prospecciones arqueológicas y documentan la infraestructura. Falta por ejecutar las prospecciones.
Recientemente, investigaron un fortín republicano en Azután y están completando un minucioso estudio que ha deparado como conclusión que la construcción tenía techo, pero fue destruida durante la contienda, por lo que se descarta que fuera una infraestructura ‘A barbeta’, por lo tanto sin techo y con unos muros a la altura de la barbilla.
Los arqueólogos, que trabajaron un mes en el lugar a finales del año pasado, han detallado que se trataba finalmente de un puesto de mando republicano que albergó a la 46 brigada mixta. Llegaron a ese resultado, porque han encontrado hilo telefónico, munición sin disparar y han hallado objetos curiosos como un frasco de jarabe, así como elementos de la vida cotidiana como latas de conservas y vino de Jerez. «Combinamos el método tradicional de arqueología con las nuevas tecnologías», comenta al respecto Ángela.
época de la construcción. El estudio ha servido para datar la construcción de la infraestructura durante el invierno de 1936 a 1937. El puesto de mando estuvo operativo hasta julio de 1938 y quedó luego en la retaguardia, teniendo en cuenta que fue alcanzado por un proyectil.
Este elemento histórico estaba ya inventariado y se encuentra en una zona de explotación de una cantera, cerca del yacimiento del ‘Cerro de la Mesa’, donde habían trabajado anteriormente estos arqueólogos. Por lo tanto, este yacimiento era conocido por los vecinos de la zona, los cuales visitaron con frecuencia a los expertos durante el mes de trabajo.
Seseña será el siguiente objetivo de este grupo arqueólogos que se han propuesto desempolvar las ruinas de los elementos militares de la Guerra Civil, especialidad que está brotando gracias a instituciones como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.