Doloroso 'hasta luego' del mercado de abastos

O. Furones
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Los comerciantes se despiden temporalmente tras décadas de servicio a los vecinos del Casco Histórico de Toledo, mientras las obras transforman el emblemático enclave

El último suspiro del mercado de abastos - Foto: Yolanda Lancha

Cada día, el Mercado de Abastos en Toledo es -aún- un bullicioso enclave donde los vecinos del Casco Histórico se sumergen en el encanto de sus puestos. Vecinos y vecinas, con ilusión, acuden al mítico edificio en el corazón de la ciudad para deleitarse con productos frescos y de calidad desde hace años. La pescadería, la frutería, la charcutería, la carnicería... ofrecen sus productos a la comunidad. Sin embargo, entre el estruendo de las obras y el eco de los comerciantes mudándose, Raquel, como propietaria de la pescadería y portavoz de los comerciantes, con emoción contenida en su voz, declara: «Nos marchamos el día 11. Abandonamos el edificio». 

Un sentimiento de tristeza envuelve a estos últimos guardianes del espíritu del mercado, mientras el sonido de cristales rotos y sierras cortadoras se mezcla con sus suspiros melancólicos.

Con toda «una vida detrás del mostrador», el sentimiento de Raquel también se traslada a sus clientes. «La gente ya nos echa de menos y les duele que el Casco se quede desabastecido. Tampoco hemos tenido alternativa para poder ponernos en otro sitio y seguir dando servicio», declara. 

El último suspiro del mercado de abastosEl último suspiro del mercado de abastos - Foto: Yolanda Lancha«Hubiera sido bueno habernos avisado con tiempo para poder haber buscado un local o reubicado el Ayuntamiento como en otras ocasiones», añade.

Unos metros más allá, Manuel prepara con esmero los que serán los últimos pedidos. Con escaso género, «porque nos tenemos que ir». Un total de 46 años lleva Manuel con su carnicería en el mercado de abastos, «vine con 14 años».

Con resignación, declara que «es lo que hay». Reconoce que esta es la situación que le ha tocado vivir, especialmente porque ya ha pasado por dos reformas anteriores, «una en el 88/89 y otra en el 98». Aunque acepta los cambios, no puede evitar sentir nostalgia por los días pasados y la transformación que experimenta una vez más el lugar que ha sido su hogar durante tanto tiempo.

El último suspiro del mercado de abastosEl último suspiro del mercado de abastos - Foto: Yolanda LanchaSu compañero fiel durante la última década, Paco, entre frutas declara que añorará «este lugar». 

«Hay mucha gente mayor que se quedará sin nada. Da pena», señala. Para Paco, sus clientes son como «una familia. Los echaré muchos de menos. Cada día venían los mismos».

Las obras están previstas que duren hasta septiembre. Cinco meses en los que «pierdes la clientela y luego les cuesta mucho volver», destaca Manolo en su charcutería.

El último suspiro del mercado de abastos
El último suspiro del mercado de abastos - Foto: Yolanda Lancha
Están ante una semana decisiva para decir adiós a un lugar que les ha brindado muchas alegrías. Ahora exploran nuevas opciones para aprovechar este tiempo y regresar al trabajo con la energía renovada.