Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Ordalía: la regeneración de Pedro

03/05/2024

Muchas personas no entendían el espectáculo montado por los fans de Pedro Sánchez en la junta directiva celebrada para  tratar de convencer a su querido líder de que no los dejara huérfanos.
La gente sana, llana y bien pensante no alcanzaba a comprender que  ministras de España se comportaran peor que adolescentes viendo un concierto de Benson Boone (no me pregunten qué canta); que ministros del gobierno de España se enorgullezcan de ser perros de Pedro, aunque sea verdad que algunos de ellos bordan el papel; que a otros altos próceres les encante tener a Pedro por  amo… Quienes hacían estos papeles sí lo entendían y cuando volvían a casa explicaban los papelones que tienen que hacer para ganarse el sueldo.
Aunque la gente de bien no lo  entendiera, estas teatrales actuaciones están forzadas por la prometida "regeneración" anunciada por Pedro, quién como el dios que es, va a colocar a las ovejas a su diestra (quizá él los ponga a su izquierda) y a las cabras a su izquierda (o al revés). Las ovejas, dóciles y pastueñas serán recompensadas con verdes pastos, es decir, un cargo público, y las cabras, más libertinas, ser verán desterradas al monte de carrasca a probar la amargura de su sustento. 
El grito, el aspaviento y la inclinación de cerviz, es la ordalía a la que Pedro somete a su rebaño para distinguir las ovejas de las cabras. Obviamente, la caída del cargo es la forma en la que habla el dios Pedro después de haber celebrado la prueba. Porque esta era la verdadera intención del narcisista con sus cinco jornadas de reflexión, ésta y la de proporcionar los mimbres necesarios para su próxima fotonovela, cuyo título  no desveló, pero no es necesario: "Pedro enamorado". Este argumento es mucho más taquillero que el rodaje que hizo anteriormente que nadie quiso serializar.
Esta prueba divina ya ha tenido el primer resultado: ha caído la diputada aragonesa en el Parlamento Europeo Isabel García, quién, aunque era la preferida de la militancia y tiene experiencia, ha sido superada por el número de Rosa Serrano. Lo ocurrido es lógico, porque, aunque Lambán acaba por "repucharse" tan pronto ve la vara de Sánchez, algunas veces no es todo lo entusiasta que debiera y comete el pecado grave de opinar por su cuenta.
Esta forma de selección de un equipo político midiendo el apego a la sopa boba de los aspirantes, le ha dado un resultado incontestable al ególatra. Se ha demostrado eficaz en cuantas ocasiones se ha puesto a prueba, porque miren si se han tenido que tragar sapos  sus acólitos y, aunque sabemos que tienen buenas tragaderas, alguno podría haberse atragantado y  jamás ha habido una deserción. El pasado miércoles lo demostraron también los dirigentes sindicales en la fiesta del trabajo: ¡qué manera de ponerle a Pedro el toro suerte! ¡Qué defensa de la justicia popular! ¡Qué altura de argumentos para propugnar que la justicia sea la imposición de los suyos frente a los contrarios! Da igual lo que diga la Comunidad Europea, una buena subvención les hace impermeables a cualquier argumento. No sirve que les digas que una cosa es que no sean los jueces quienes elijan el poder judicial y otra es que dividan España en dos, de forma irreconciliable,  y sea una sola la que lo elija…