Bajo el 'Cubo Mágico': Un portal al pasado al pie del Alcázar

Arx Toletum
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Las excavaciones realizadas entre 1999 y 2005 revelaron restos arqueológicos de la presencia humana desde la Edad del Bronce hasta el medievo, abarcando tanto la ocupación islámica como la recuperación cristiana, así como la dinastía Trastámara

Bajo el ‘Cubo Mágico’: Un portal al pasado al pie del Alcázar

Las entrañas de la tierra bajo la parata norte del Alcázar de Toledo han sido durante mucho tiempo un cofre sellado, ocultando capítulos enteros de la historia humana al pie del Alcázar que ya se vislumbraban en las viejas crónicas medievales. Las  excavaciones realizadas entre 1999 y 2005 han desvelado este misterio, revelando restos arqueológicos de la presencia humana desde la Edad del Bronce hasta el medievo, abarcando tanto la ocupación islámica como la recuperación cristiana, tras la reconquista de Toledo por Alfonso VI en 1085. La llegada de la dinastía de los Trastámara marcó un renacimiento constructor, evidenciado en la rica presencia de restos ahora aflorados.

Estos restos, albergados bajo una estructura contemporánea en forma de cubo que, no solo protege estos tesoros sino que también los exhibe, permite a los visitantes un viaje inigualable a través del tiempo. Los preludios de este viaje comienzan incluso antes de cruzar las puertas del museo, donde los restos de las murallas emiral y califal (S.VIII-XI), erguidas orgullosas desde el año 796, sirven de guardia silente a la historia que se despliega en su interior.

Dentro, el camino se convierte en una cronología visible a través de un suelo de cristal, revelando un silo de la Edad del Bronce (II milenio a.C.) destinado al almacenamiento de granos, a unos pocos pasos y no menos fascinante, justo a los pies de la escalera mecánica, los cimientos de un torreón en el que un cimacio visigodo, testigo de la convulsa historia visigoda de España (S. V a VIII d.C.), ha sido reutilizado como sillar. Pasada la escalera, una cisterna romana (S. II d.C.) sugiere la magnitud de la antigua presencia romana.

Ascendiendo a través de la historia por la escalera mecánica, el museo se convierte en una ventana a distintas eras. La cuarta planta nos confronta con el basamento de una torre de la dinastía Trastámara, evidenciando no solo la fortaleza militar sino también la complejidad arquitectónica y social de aquellos tiempos. En ella, los restos de un aljibe medieval nos recuerda las ingeniosas soluciones a las necesidades básicas de la época.

La narrativa de los restos no termina aquí. Antes de proceder al quinto nivel, se invita a los visitantes a una inmersión multimedia que contextualiza y da vida a estos restos arqueológicos, preparando el terreno para su apreciación desde el  nivel superior. Ya en la pasarela del quinto nivel, el panorama de restos anteriormente ocultos se despliega ante nuestros ojos, permitiendo que las piedras bajo este cubo mágico narren las historias de aquellos hombres que las habitaron, trabajaron y defendieron.

Cada paso a través de este espacio es un diálogo con el pasado, donde la historia se cuenta no solo a través de lo que se ve, sino también a través de lo que se siente y se presume oculto todavía como el Pretorio romano y el Alcázar árabe. Este museo bajo el cubo mágico es un testimonio de la continua presencia y evolución humana, un recordatorio de que, aunque las civilizaciones pasan, las piedras y los relatos que guardan permanecen, esperando ser redescubiertos y contados una vez más.